Mi primer trabajo fue como dibujante de planos municipales, en 1971 (tenía 18 años).
El nombre de la oficina/local es, aún, SALAR. Se encontraba frente a la vieja Municipalidad de San Isidro. Su dueño se llama Tito Salar, y, actualmente, el negocio está atendido por uno de sus hijos y su nieto mayor.
En aquel entonces, el local funcionaba como inmobiliaria, casa de fotocopias y copias heliográficas. Además, tenía un sector de dibujo de planos y trámites municipales.
Recuerdo que el día que fui a sacar las primeras copias de mis dibujos de estudiante, escuché decir a uno de ellos que se iba la dibujante. Ni lerda ni perezosa, les comuniqué mi intención de trabajar allí. Me contestaron que todavía no era seguro que la chica se fuera.
A los pocos meses, en una galería del centro de San Isidro, me topé con dos de las empleadas y las saludé. Muy contentas, me dijeron que la dibujante se iba y que me presentara.
Al día siguiente, fui para la oficina, pero del susto, se me endurecieron las piernas. Parecían dos palos. Me costaba caminar.
Por suerte, todo salió bien y trabajé con ellos dos años y medio. Allí conocí a arquitectos que me contrataban para dibujar entregas a “mano alzada” o documentaciones de obra con regla T y escuadra. Luego aparecieron las “paralelas”. O sea que tenía trabajo hasta los fines de semana.
Trabajar allí era como hacerlo en familia. Siempre les voy a estar agradecida por el buen trato y todo lo que aprendí con ellos. Actualmente, sigo sacando las copias de mis planos en el local donde se han trasladado debido a que la Municipalidad mudó las oficinas cerca de la estación de trenes de San Isidro.
Allí, también, conocí a los arquitectos de dos estudios de arquitectura muy importantes, en los cuales trabajé hasta poco tiempo después de recibirme.
Luego de obtener el título (algunos meses), comencé a trabajar por mi cuenta y a cursar la carrera de postgrado en Urbanismo. Me faltaba poco para terminarla, cuando nació mi tercera hija, y abandoné.
Con respecto a la Carrera de Especialización en Planificación del Paisaje de la FADU – UBA, tardé 11 años en terminarla, porque trabajaba como arquitecta y paisajista, y, a la par, me dediqué a la gestión en todo lo relacionado con la arquitectura del paisaje.
Desde que me independicé, trabajé en todo lo vinculado a la gestión municipal, obras de arquitectura, publicidad y, desde hace 16 años, en arquitectura del paisaje. Fui docente de Diseño del Paisaje en la Escuela Argentina de Espacios Verdes y en la Licenciatura en Planificación y Diseño del Paisaje de la FADU – UBA.
Durante los últimos años, además, escribo artículos sobre mi especialidad para el Centro de Investigaciones del Paisaje de la FADU – UBA y en varios medios especializados locales e internacionales, y doy conferencias, para difundir la profesión.
Como me gusta mucho la gestión, reorganicé el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de la Ciudad de Buenos Aires, fui Secretaria del Concurso y Jurado en los concursos de Lyon (Francia) y de Roma (Italia).
|