La penúltima novedad de la moda son los jardines verticales. De un momento a otro, todos son especialistas en el tema; incluso, quienes nunca tuvieron la menor aproximación a ellos asumen coraje y se disponen, alegremente, a proyectar y a ejecutar su realización. Una fiebre que sería bueno viniera para quedarse.
En la década de los 70, Roberto Burle Marx utilizaba la solución del jardín vertical; son conocidos sus proyectos para Xérox de Brasil, Banco Safra, o la utilización de este tipo de jardín en el Parque Central, en Caracas (Venezuela). Desde aquella época hasta hoy, muchas cosas han cambiado, no siempre para mejor.
Los jardines verticales prácticamente desaparecieron luego de la época señalada, para volver con toda la fuerza al inicio del 2000. La falta de paisajistas que conocieran, de manera adecuada, la fisiología de las plantas inhibió los buenos proyectos. Las nuevas técnicas y tecnologías permiten que, ahora, estos jardines verticales se presenten como una alternativa a la falta de espacios, a la necesidad de una mayor dimensión verde y al deseo de soluciones más creativas.
¿Qué debemos considerar a la hora de optar por un jardín vertical?
• El local escogido. Identificar si el lugar reúne las condiciones ideales para la implementación del proyecto. Considerar el tamaño, el espacio disponible y las influencias externas.
• La iluminación. Prefiera locales que tengan una buena iluminación natural, si fuera cenital, mejor; en caso contrario, aproveche la iluminación aportada por grandes ventanas y aberturas para obtener el mejor resultado. Si el jardín es externo, hay que prestar mucha atención al exceso de insolación; las plantas que prosperan bien en los jardines verticales, normalmente, no toleran mucho sol directo.
• La irrigación. Prever un sistema de irrigación adecuado, que permita mantener la humedad de las plantas del jardín. En general, en los jardines verticales, tendremos un buen drenaje y, por tanto, una alta pérdida de agua. Lo que puede llevar a algunas de las plantas utilizadas a sufrir estrés hídrico.
• La selección de las plantas. No todas son adecuadas para este tipo de proyectos. Prefiera las epífitas: Philodendros, Peperômias, Bromélias, Helechos, Orquídeas y Aeschynanthus, son algunas buenas alternativas.
• Utilice siempre un buen sustrato. Los sustratos a base de fibra de coco son los mejores, pero usted puede encontrar otras alternativas en la región que habita. Prefiera los de buena calidad, no es fácil colocar más sustrato o reponerlo en un jardín vertical. En algunos casos, puede exigir rehacer todo el espacio.
• Piense en el mantenimiento. Un jardín vertical exige un alto nivel de atención, pero esto no significa que demande una gran manutención; si el proyecto esta bien concebido, el mantenimiento y las reposiciones serán mínimos.
• Contrate un buen profesional con experiencia. El riesgo de equivocarse será mucho menor.
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