La calidad de las plantas determina en parte la productividad de las plantaciones. La disponibilidad de plantines sanos, vigorosos y de origen comprobado son aspectos que condicionan fuertemente la producción florícola.
Una serie de características influyen en la calidad de las plantas que llegan al productor florícola desde el vivero; entre ellas pueden mencionarse: el tiempo transcurrido desde el despacho del plantín hasta que llega a la plantación; las condiciones en que se realiza el transporte; la técnica utilizada en la plantación; la preparación del suelo, y la intensidad y oportunidad del control de malezas; etc. El estado sanitario y sus características morfológicas influyen, además, en la supervivencia y en el crecimiento inicial de los plantines utilizados. En general, plantas sanas, con un apropiado desarrollo del tallo y balanceadas en su sistema radicular y aéreo, pueden considerarse adecuadas para obtener buenos resultados de producción.
Es importante, entonces, la búsqueda de nuevas opciones de reproducción vegetativa que permitan obtener materiales de alta calidad sanitaria y genética para ser utilizados como plantas madres en los viveros multiplicadores.
En este sentido, la biotecnología es una herramienta que ha contribuido a la innovación de los procedimientos. La micropropagación, en particular, permite producir plantines libres de enfermedades bacterianas y fúngicas, ya que las condiciones de asepsia en las que son realizados los cultivados no permiten el desarrollo de patógenos. Su ventaja, respecto al método convencional de multiplicación, es la obtención de materiales libres de contaminantes, y por otra parte, el material logrado es homogéneo desde el punto de vista genético. La alta calidad sanitaria y genética permite que se los utilice como plantas madres en viveros multiplicadores.
Esta situación hace que sea adecuado generar información acerca de la obtención de plantines de especies ornamentales por cultivo in vitro y su comportamiento en lo que hace a la calidad de planta, respecto a los de propagación agámica convencional que utilizan los viveristas.
La EEA San Pedro desarrolló en su laboratorio de Cultivo in vitro y Biotecnología un protocolo de obtención de plantas madres de crisantemo a partir del cultivo de ápices meristemáticos, utilizando medios de cultivo sólidos, en recipientes de diferente tipo y capacidad, dependiendo de la etapa del proceso 1, 2, o 3 (Ver esquema). El procedimiento se realiza en condiciones controladas de temperatura y fotoperíodo.
Las etapas del proceso de obtención de plantas de sanidad controlada son las siguientes:
- Plantas madres infectadas.
- Extracción de ápice meristemático.
- Formación del brote.
- Multiplicación del brote.
- Enraizamiento del brote.
- Transferencia de maceta.
- Prueba de sanidad.
- Propagación de plantas.
En aquellos cultivos que se propagan agámicamente (por porciones del vegetal) debe tenerse en cuenta que el material vegetal que pueda llegarle, o que utilice el productor, sea de sanidad controlada, lo cual le asegurará un buen rendimiento en el cultivo. Surge la necesidad, entonces, de poner en marcha programas de saneamiento donde el cultivo in vitro juega un papel fundamental.
La difusión y el conocimiento de estas técnicas en el sector de los viveristas aparecen como puntos de destacada importancia. El desarrollo de protocolos y la puesta a punto de técnicas de cultivo in vitro podrían ser tomadas por laboratorio privados, quienes serán los que en última instancia comercialicen los materiales obtenidos.
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