El dilema entre lo que es exótico y lo que es nativo se coloca cada vez más directamente a la hora de pensar en un proyecto de paisajismo. No es novedad que la sociedad, de una forma general, y nuestros clientes, particularmente, tienen mayor conciencia ecológica y un fuerte compromiso medioambiental.
Esta situación tiene un impacto considerable en nuestro sector. Hace ya algunos años, tuve la oportunidad de acompañar la situación de un viverista en el sur de Alemania, que vio cómo su patrimonio perdía valor, porque las municipalidades pasaron a prohibir la plantación de árboles exóticos.
Lo curioso del caso es que la mayoría de los ejemplares que este vivero producía eran plantas nativas de países del este europeo. Si pensamos en países de dimensiones continentales, como los nuestros, puede parecer exagerado este ambientalismo furibundo. Y si además, estos cambios de comportamiento del mercado se traducen en pérdidas para nuestro negocio, es normal que nuestra forma de encarar el tema no sea muy racional.
La verdad es que nuestro sector deberá adaptarse a esta situación, que ya dejó de ser un modismo para convertirse en un cambio de comportamiento. Sabemos que las plantas nativas o autóctonas se adaptan mejor a las condiciones climáticas y edafológicas de su región de origen, también sabemos que existe una tendencia para asumir proyectos más naturales, mejor relacionados con el entorno, y debemos estar preparados y atentos para esto.
Por otro lado, pocos segmentos económicos son tan movidos al sabor de la moda y de las tendencias; nuestros clientes quieren y buscan productos diferenciados, que se destaquen del conjunto del mercado. Así que, por un lado, estamos presionados a innovar, a proponer nuevos productos y a sorprender con novedades. Al mismo tiempo que existe un movimiento en el sentido de hacer proyectos más naturales, más autóctonos.
Parece un desafío complejo, sin una solución aparentemente sencilla, que exigirá cada vez más respuestas creativas. Aquellos productores que han priorizado el cultivo y la utilización de plantas autóctonas parecen haber tomado una decisión acertada, y los que apuestan a las novedades y al colorido de las exóticas mantienen una parcela de mercado. ¿Cómo acabará esta historia? Es difícil de prever, pero lo que es seguro es que vale la pena acompañar de cerca los próximos capítulos.
|