¿Qué es bueno? ¿Qué es malo?
¿Cuándo un trabajo está bien hecho?
¿Cómo saber a quién asociarme?
¿Cómo saber a quién permitirle acompañarme en mis tareas?
¿Cuál es el límite que define un comentario como constructivo o negativo?
¿Quién posee la cualidad de hablar sin criticar?
¿Cómo poder estar seguro de mis socios, de mis compañeros de trabajo?
¿Hasta qué punto dejamos llegar las palabras agresivas sobre nosotros y nuestro desempeño?
¿Cuál es el límite?
Podríamos decir que el límite está en saber que “la evaluación de los demás no es una guía para mí”.
La nueva generación de una empresa familiar ha escuchado y seguirá escuchando que deben tomar el control de la empresa para que ésta prospere. Ya sea porque los padres no conocen sobre las nuevas tecnologías (por ejemplo, Internet) o porque se comunican de manera diferente.
El tema es que quienes aconsejan a las nuevas generaciones a movilizarse para la ocupación del sitio de sus padres, son personas que deben ser muy bien elegidas para que apoyen el crecimiento de la empresa, y a su vez, el de los padres y los hijos, para que exista un verdadero progreso, todo esto debe darse a la vez.
Hay que prestar mucha atención a esto, porque la persona que asesora puede ayudar a hacer crecer a la empresa, pero también, puede deteriorarla.
Hay que recordar que así como los mayores no son expertos en algunas disciplinas, por lo general, aquellas más recientes, como puede ser el acceso a nuevas técnicas de cultivo, los jóvenes todavía tienen mucho que aprender de ellos y de sus experiencias.
Un asesor debe ayudar a aliviar la tensión existente, ayudando a que los integrantes de la empresa puedan mantener en ejercicio su energía creativa, siendo confiable, mejorando las relaciones humanas dentro de la organización. Sin ordenar ni emitir juicios.
Si sumamos lo que sabemos al saber del otro y restamos aquello que no sabemos, quizás nos sorprenda el resultado que da trabajar en equipo.
Entonces, ¿dónde está el límite para lo que realizamos, dejamos hacer o decir? Encontraremos la respuesta a esta pregunta en nuestra propia historia personal, porque lo que está mal o bien puede ser visto diferente por cada individuo. Entonces, el límite es marcado por nuestro parámetro personal. |