Las rosas, entre las flores de corte, ocupan el primer lugar en ventas, en el ámbito mundial, seguidas por los crisantemos, tulipanes, claveles y lilium. A partir de la década de los 90, su liderazgo se ha consolidado debido, principalmente, a una mejora de las variedades, ampliación de la oferta durante todo el año y a su creciente demanda.
Y respecto a la oferta y la demanda, es sabido por los productores y floristas que éstas varían mucho en determinadas fechas. Algunas son propicias para regalar rosas (Día de los Enamorados, de la Mujer, de la Madre, de la Secretaria, etc.), por lo que es muy importante poder ofrecer esta flor cuando existe la demanda. Además, en épocas como las que se avecinan (y en las que ya incursionamos), en las cuales la economía capitalista está sumergiéndose en una de sus crisis más profundas, no podemos despilfarrar flores cuando no van a comprarlas. Si bien es bueno tener siempre una buena oferta de éstas, con precios acordes con las posibilidades del mercado (y de los costos de producción) para que, a pesar de todo, la calidad de vida no decaiga y las flores ayuden a lograr un agradable y saludable entorno.
Y apuntando al objetivo de manejar el cultivo para que las rosas estén cuando el consumidor las necesite, es fundamental programar la producción.
Para ello, una de las claves principales es conocer el ciclo de la flor, respondiendo a las siguientes preguntas:
¿Cuántos días tarda en hacerse una rosa?; es decir, ¿cuántos días pasan desde el inicio de la brotación de la yema que la origina hasta que llega a su punto de corte?
¿Qué diferencia de tiempo hay en la duración de este ciclo, para una misma variedad, en invierno y en verano?
¿Cuánto dura el ciclo de cada variedad de rosa?
Al respecto, podemos decir que, en promedio, las rosas de tallo mediano tardan en florecer 30-40 días; las de tallo largo, 40-60 días; el ciclo más corto se produce en la época de verano y en las zonas más cálidas (p.ej., Corrientes, Tucumán), y el más largo, en invierno y en las zonas más frías (p.ej., Buenos Aires). Pero cada rosicultor deberá conocer su propia producción, respondiendo a las preguntas formuladas.
Luego de ello, pasamos a aplicar la siguiente técnica para obtener la rosa en la fecha que hemos determinado:
Contar cuántos días faltan para la fecha en que se desea cosechar las rosas (p. ej., 60 días).
Si faltan más días que los que dura el ciclo de la rosa que queremos cosechar (p. ej., ciclo de nuestra rosa = 40 días), durante los días previos (20 días en nuestro ejemplo) realizamos los pasos siguientes:
1) Despimpollar los tallos florales, quitando los pimpollos hasta el punto de inserción de su pedúnculo (tallito del pimpollo); o sea, sobre la primera hoja del tallo floral, contando desde el extremo superior del mismo).
2) Quitar los brotes (desbrote o deshooting) que luego surjan en estos tallos (en la parte superior de éstos). Seguir con esta operación… hasta el inicio del ciclo de la rosa que se trate (para nuestro ejemplo, durante 20 días).
3) Luego de realizado el punto 2), se debe bajar el tallo floral hasta la segunda o cuarta hoja de cinco folíolos (contando desde la base). La altura del corte dependerá del grosor del tallo floral: si es muy grueso y es invierno, se cortará más alto.
Queda así preparado el portador de nuestra futura rosa, que se formará durante los días en que dure el ciclo de ésta (en nuestro ejemplo, en los 40 días siguientes al corte o bajada del tallo realizado en el punto 3).
Cada productor deberá integrar esta técnica a su propia experiencia y hacer los ajustes necesarios para obtener sus rosas en el momento y con la calidad que determine.
|