Luego de detectarse esta enfermedad en el continente americano, inicialmente en Brasil (en febrero de 2004) y después en los Estados Unidos (La Florida) y en Cuba (en 2006), el Gobierno de nuestro país comenzó a tomar medidas para evitar que ingrese en la Argentina.
Hay que tener en cuenta que la citada plaga produce graves daños a la producción citrícola. Afecta ramas, hojas y frutos, y ocasiona, en la mayoría de los casos, severas pérdidas económicas.
Aunque hasta el momento, esta enfermedad no ha sido detectada en el territorio nacional, se recuerda que su insecto vector sí se halla en las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Salta, Jujuy y el Chaco.
La alerta sanitaria se remonta al 2005, cuando el SENASA dictó una resolución mediante la cual se determinó, precisamente, esta alerta fitosanitaria, y se estableció la obligatoriedad de denunciar la presencia, en cítricos, de sintomatología sospechosa de este mal. Como señalan en la Secretaría: El ingreso de la misma ocasionaría gravísimas pérdidas al sector citricultor argentino y serios perjuicios a la economía nacional.
Existe, efectivamente, un riesgo potencial muy alto de que en nuestro país se presente esta enfermedad, si no se llevan a cabo acciones de prevención de manera oportuna.
El material de propagación afectado constituye la vía principal de ingreso de esta plaga, y las plantas de mirto (Murraya paniculata) son hospederas alternativas de esta enfermedad que afecta a los citrus, y del insecto vector que la transmite (Diaphorina citri Kuwayama). En consecuencia, resulta necesario instar a la erradicación y sustitución de mirto en todas las regiones citrícolas, a fin de prevenir la dispersión de dicha enfermedad. |