El lisianthus pertenece a la familia de las Gentianaceas, su nombre científico es Eustoma grandiflorum (Ref.) Shinn (Eustoma russellianum). Es nativa del sur de los Estados Unidos y del Norte de México y, aunque se encuentre en forma silvestre, en tierras desiertas, no es una verdadera planta de desierto. En su tierra natal, crece a lo largo de los ríos y en tierras bajas en donde siempre tiene acceso al agua fresca. A mediados del verano, cuando las lluvias son menos frecuentes, las plantas silvestres de lisianthus echan raíces profundas en la tierra, en búsqueda de agua. Por esta razón, para tener éxito en su cultivo, es necesario establecer un buen sistema de raíces, y puesto que, por su procedencia, esta planta florece bajo condiciones de climas secos es extremadamente sensible al riego excesivo.
Es una especie de ciclo anual o bianual, forma una roseta de hojas, sobre la que se desarrolla un tallo de 40 a 50 cm de largo; en las axilas de las hojas superiores aparecen las flores de 6 a 9 cm de diámetro, similares a las del tulipán común, con cinco pétalos y largos pedicelos, de colores que están entre la escala del azul y el púrpura en la variedades silvestres.
El lisianthus es de floración estival y es considerada una planta de día neutro, pues no responde al efecto del fotoperíodo; sin embargo, existe una gran influencia de la intensidad lumínica. Cada variedad presenta una respuesta diferente a la intensidad de luz; por ejemplo, así como “Echo” necesita una condición moderada de intensidad de luz para producir una mejor calidad de vara, la variedad “Mariachi” requiere de alta luz al momento de la floración para alcanzar el mismo objetivo.
Asimismo, la temperatura es un factor muy importante en el desarrollo de la vara floral. Temperaturas diurnas que se desarrollan entre 30ºC y 35ºC y nocturnas entre 20ºC y 25ºC, durante el período inmediatamente posterior al de la germinación de la semilla, pueden inducir al arrosetamiento de las plántulas, que impide el desarrollo del tallo floral o, también, a que la floración se retrase mucho.
El total del ciclo, desde la plantación hasta la floración, puede durar entre 90 y 120 días; esto depende de las variedades y de la época de la plantación.
Su introducción en Estados Unidos y en Japón fue en los años 30. A través de sucesivos programas de mejoras, realizados en su mayoría por empresas japonesas, se han obtenido variedades híbridas F1 de flores blancas, rojas, rosas, azules, amarillas, sus matices y combinados; con longitudes de 60 a 90 cm, y con flores sencillas o dobles, estas últimas, con dos o tres filas de pétalos.
Las semillas de lisianthus que en la actualidad se utilizan, tanto para producción de flor cortada como para planta en maceta, corresponden a híbridos F1, obtenidas por Sakata Seed Co. en la ciudad de Yokohama, Japón; también por Harris Seed Co., Sluis y Groot, y otras. Actualmente, son muchísimos los cultivares de esta especie que aparecen en los catálogos comerciales.
El cultivo se lleva a cabo bajo invernáculo y puede manejarse de dos formas:
A una sola vara: este manejo es dirigido a la producción de una única vara por planta, posteriormente la planta rebrota y puede obtenerse un segundo y hasta un tercer corte, pero serán varas de inferior calidad.
Con pinzado: se realiza un pinzado o despunte de la plántula entre el segundo y cuarto nudo, una vez que ésta alcanza la altura suficiente; esto estimula la producción de tallos basales produciendo, en promedio, hasta dos tallos por planta, pero hay que tener en cuenta que serán de menor calidad.
El lisianthus en la Argentina
En el país, la introducción de esta especie comenzó en la zona de La Plata entre 1984 y 1985, cultivados por Oji Takashi a partir de semillas traídas por el profesor Konishi de Japón. Recién en los años 87 y 89, con algunos de los productores que integraron los grupos Santa Mónica y La Capilla de Cambio Rural, se comenzó a plantar en cantidad.
Actualmente, tanto en el ámbito local como en el resto del mundo, crisantemo, clavel y rosa son las especies tradicionalmente más cultivadas para flor de corte. Según datos del Censo Hortícola 2005, en la provincia de Buenos Aires, los principales cultivos son: clavel (37,3% de varas), crisantemo (22,9%) y rosa (12%), luego sigue el grupo de las especies nuevas o no tradicionales que se cultivan en menor cantidad; el lisianthus en nuestro país es una de esas especies y es cultivado casi con exclusividad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (1,25 % de varas).
La poca difusión de estas especies no tradicionales en el resto del país se debe a la dificultad de la provisión de semillas y/o plantines y al escaso conocimiento del cultivo de ellas.
En el caso del lisianthus, las condiciones antes mencionadas han ido variando en los últimos tiempos, y se ha notado un incremento en la demanda de esta flor. Esto puede deberse a que es muy atractiva para el consumidor por la delicadeza de su flor, su gran variedad de colores y porque además tiene una excelente duración en florero.
A pesar de este aumento en la demanda, todavía el lisianthus se sigue produciendo en menor medida que las especies tradicionales; situación que se verifica con los datos de varas que ingresaron en uno de los principales mercados mayoristas de flor de corte en el año 2007: |