Mantener una adecuada relación entre la altura y la arquitectura de la planta y el tamaño del contenedor resulta un desafío total para el productor. Para lograrlo, existen diversas técnicas, que pueden ser químicas, físicas o genéticas. Estas herramientas promueven la ramificación y el achaparramiento, y les otorgan a las plantas un aspecto armonioso que se traduce en la calidad del producto.

De esta manera, el control de la altura se convierte en uno de los principales objetivos, en general, en la producción de especies ornamentales  y, en particular, en la producción de petunias, ya que la obtención de plantas bajas y compactas, comúnmente,  provee ventajas económicas.

Se conoce que el hábito de crecimiento de las petunias responde a las temperaturas y a la luz. Con temperaturas de aire inferiores a 16 ºC, la planta tiende a ramificarse y a presentarse compacta. Entre los 16 y 24 ºC, el hábito depende de la cantidad de horas de luz: con un fotoperíodo de menos de 12 horas se produce un solo tallo con una flor simple. Por encima de los 24 ºC, la planta siempre tenderá a crecer en altura con escasas ramificaciones.

Cuando en los invernaderos se supera el umbral térmico de 24 ºC, se hace necesario recurrir a alguna técnica para reducir la altura de las plantas de esta especie. En ese sentido, una de las prácticas más habituales realizadas en el cultivo de petunia es el despunte o poda, la cual se incluye dentro de las técnicas físicas.

Para evaluar las respuestas de las plantas de petunia ante tratamientos de despunte, creciendo bajo diferentes situaciones climáticas, en la EEA INTA San Pedro se realizaron  experimentos con dos fechas de plantación y tres momentos de despunte.

A los efectos de medir la influencia de la época de plantación, se realizaron dos plantaciones (la primera en marzo y la segunda en mayo) del cultivar Ultra White. Los momentos de despunte fueron: 1) cuando se observó el inicio de la elongación del tallo principal;  2) a siete días del inicio de la elongación del tallo principal y 3) a catorce días del inicio de la elongación del tallo principal, con un testigo sin despuntar.

Las plantas se cultivaron en macetas de un litro de capacidad con sustrato comercial, dispuestas en mesadas, a una densidad de 55 pl.m-²  y con riego por goteo individual.
Cada época de plantación estuvo caracterizada por los parámetros: luz (fotoperíodo y PAR) y temperatura del aire, obtenidos con un adquisidor automático de datos climáticos.

Se evaluaron diferentes variables fisiológicas y de producción, dentro de las cuales son de destacar: 1) altura de plantas en los momentos de despunte, a 45 días desde el trasplante y cuando el 75% de las plantas del testigo presentó 10 flores abiertas (considerado momento de cosecha); 2) fecha de aparición visible del primer pimpollo; 3) número de ramas y de flores a cosecha.

Los resultados obtenidos indican que, entre las dos fechas de plantación evaluadas, no hubo diferencias en el comportamiento respecto a la altura de las plantas medidas en los diferentes momentos de despunte. Hubo igualdad en la altura de las plantas en el primer momento de despunte y en los siguientes (segundo y tercero), las plantas ya despuntadas evidenciaron menor altura.

Por otro lado, se registró un alargamiento del ciclo y una demora en la aparición de la primera flor en la 2ª fecha de plantación respecto de la 1ª (47 vs. 70 días en el largo del ciclo y 20 vs. 44 días en la aparición de la primera flor). Esto obedeció a una disminución del fotoperíodo y a una reducción de los moles de fotones y de la temperatura promedio recibidos durante el ciclo.

En la 2ª fecha no hubo diferencias entre tratamientos en la altura y el número de ramas a cosecha. Este comportamiento fue distinto al de la 1ª fecha (cuando se detectaron menores valores para estos parámetros en las plantas sometidas al despunte en el tercer momento), y posiblemente se deba a que en la 2ª fecha, las plantas despuntadas más tardíamente tuvieron más tiempo para recuperarse, ya que pasaron 23 días entre el tercer momento de despunte y la cosecha, mientras que en la 1ª fecha ese período fue de sólo 12 días.

Por último, puede mencionarse que, en lo que se refiere al número de flores a cosecha, en la 1ª fecha sólo disminuyó en las plantas despuntadas en el tercer momento, mientras que en la 2ª fecha, todas las plantas despuntadas tuvieron menos flores que el testigo.

Estos datos preliminares corresponden a un proyecto de tesis que prevé la realización de ocho fechas de plantación de petunia a lo largo de un año (cada 45 días).