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Además de las características de esta planta, las claves de su multiplicación y los usos, te contamos cómo fue elegida su flor como emblema nacional. Por Gabriela Benito
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El ceibo (Erythrina crista-galli), también llamado “seibo” o suiñandí (del guaraní: “árbol verrucoso que crece junto al agua”), pertenece a la familia de las Fabáceas. Se halla en el sur de Brasil, Paraguay, Bolivia, el Uruguay y la Argentina.
En nuestro país, se lo encuentra desde las provincias de Salta y Jujuy hasta el Delta del Paraná. Es común hallarlo en ambientes bajos, inundables, y constituye un elemento característico de los bosques ribereños. Esta planta fue introducida en Europa y en Estados Unidos con mucho éxito. Allí se encuentra en espacios verdes, públicos o privados.
Crece generalmente en lugares sujetos a inundación frecuente; las semillas pueden flotar, por lo cual la diseminación es acuática. Con una altura que oscila entre los 5 y 10 metros, sus hojas son caducas, compuestas, alternas; caen en invierno. Las flores, rojo carmesí, atraen a colibríes y aparecen desde noviembre hasta abril en la latitud de la región pampeana.
Este árbol es sensible a heladas, por lo cual, en ejemplares jóvenes afectados, muere el ápice principal, pierde el fuste original y toma porte arbustivo, muy ramificado. Otra de las características es que por las particularidades de su corteza es un importante portador de plantas epífitas (helechos del género Polypodium), claveles del aire (Tillandsia aeranthos y otros), cactus del género Rhipsalis, orquídeas como Oncidium bifolium, (flor de patito), la morácea Ficus enormis (el guapoí o agarrapalo), piperáceas del género Peperomia, etc.
En el país existen otras especies pertenecientes al género Erythrina: Erythrina dominguezii, el “seibo” rosado del NOA, y Erythrina falcata, “seibo” salteño o jujeño, también de cultivo sencillo. En el noreste del Uruguay existe una variedad muy popular de ceibo, Erythrina crista-galli var. Leucochlora, de flores con corola blanca y base de color verde atenuado o esfumado, cuya originalidad le vale ser reconocida casi como un símbolo uruguayo. Originalmente crece silvestre. Por otra parte, cabe agregar que el ceibo constituye la flor patria de ese país.
El ceibo es una especie muy fácil de cultivar: por semillas o por gajos leñosos. La semilla tiene excelente germinación luego del escarificado del tegumento (puede hacerse con una lija fina) y posterior remojo durante veinticuatro horas. La época del año recomendada para este proceso es a partir de la primavera. Bajo este método, la producción puede ser heterogénea. También es posible que se propague vegetativamente por estacas leñosas, recolectadas en la etapa de reposo, a fines del invierno. En este caso, la producción de renuevos es más homogénea que la anterior.
Si bien es una especie poco usada para arbolar las calles ya que tiene copa irregular, muy baja, y ramas con aguijones, quizá debería conducirse desde vivero como árbol de alineación, con poda de ramas inferiores. Pero hay que destacar que es de gran belleza para plazas y parques. Florece precozmente, aun como arbusto. También es muy apreciada esta planta para consolidar terrenos pantanosos
Su madera no es de calidad, aunque es usada para fabricar tarugos para caballerizas (por su blandura y suavidad impiden que se dañen los cascos de los potrillos jóvenes), colmenas, aparatos ortopédicos, armazones de monturas, tallas y esculturas.
La corteza, gruesa, se emplea como corcho, y, en curtiduría, por su riqueza en tanino. También ha sido empleada en medicina popular, especialmente para curar llagas y heridas, ya sea en forma de infusión o en polvo, tras ser tostada. Fresca y machacada se usa en cataplasmas sobre heridas y lastimaduras.
La decocción de las hojas tiene efectos hipnóticos y sedantes. El jarabe que se obtiene al hervir las flores en agua y azúcar ha sido utilizado para combatir la tos convulsa, ya que es antitusivo y expectorante. Contiene saponinas, heterósidos y peroxidasas; las semillas contienen alcaloides.
Flor nacional
Durante la celebración del centenario de nuestra Independencia, un grupo de naturalistas (entre ellos Ángel Gallardo, Cristóbal Hicken y Eduardo Holmberg) sugirió que la Argentina tuviera un emblema floral nacional al igual que otros países, y propuso que fuera la Passiflora coerulea o mburucuyá la elegida. Pero ese proyecto no llegó a concretarse y quedó en el olvido.
En 1928, la Revista de las Ferias realizó una encuesta sobre este tema (en la que opinaron alrededor de ocho mil personas). El primer lugar fue obtenido por la magnolia, y segundo lugar, el ceibo. Pero Doello Jurado, por entonces director del Museo de Historia Natural, observó que la magnolia no era autóctona, razón por la cual el ceibo consiguió el primer lugar para ser designado flor nacional.
Luego, en 1930, el diario La Razón repitió la encuesta y, con más de veinte mil, el periódico citado proclama al ceibo como “Flor simbólica nacional”. El prestigio de la flor estaba fundamentado en tradiciones populares y en la literatura, en la cual se registran abundantes citas de ella a través de los años.
Sin embargo, su consagración definitiva como flor nacional argentina vendría a través del decreto Nº 138.974 en 1942, del Poder Ejecutivo Nacional, durante la presidencia de don Ramón S. Castillo, luego de una competencia, con idéntico objetivo, del ceibo con el algarrobo blanco
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Encontraron una planta enferma con HLB en la provincia de Misiones. Sumado a esto el INASE informa que ahora solo pueden venderse plantas certificadas, pero el SENASA extiende el plazo para la venta de cítricos producidos a cielo abierto. |
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Orgullosos de haber obtenido la personería jurídica de la Cámara Salteña de Floricultores, dicen: Nos planteamos como meta a corto plazo la capacitación. |
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Abrió en su filial argentina el área de Lawn and Garden. Desde allí estará ofreciendo agroquímicos para cultivos florícolas y productos de la línea jardín. |
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Después de la erupción del Puyehue, la Municipalidad de Villa La Angostura (Neuquén) está organizando el Primer Seminario Regional de Diseño del Paisaje. Roberto Mulieri, a cargo de las disertaciones, nos explica la idea de este encuentro. |
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Florencia Cesio y Ángela Copello exponen su trabajo: la fotografía. Son especialistas en retratar plantas ornamentales, dan conferencias sobre este arte y enseñan sus trabajos en las principales muestras. |
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Nilda Crivelli, presidenta de la Asociación Argentina de Rosicultura, habla sobre esta agrupación. Para la XV Convención Mundial de Rosas he nominado a nuestro Rosedal y espero volver con una placa. |
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Duraznos: Para el 2 de agosto, el INTA programa la presentación del libro Producción de duraznero en la Región Pampeana Argentina, escrito por profesionales de la EEA INTA San Pedro. Más información: comunicasp@correo.inta.gov.ar |
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UATRE: La Comisión Nacional de Trabajo Agrario suscribió un aumento del 20% retroactivo a junio de 2012 para el personal de floricultura y viveros de Buenos Aires y la Pampa. Dicho aumento es de carácter remunerativo. Esto implica la no homologación del acuerdo al que había llegado la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas. |
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Gerberas: Desde la provincia de Corrientes, Cultivos Carumbe está comercializando plantas de gerberas multiplicadas mediante sistema in vitro. Esta empresa también está ensayando con plantas de interior. |
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El Instituto de Floricultura (INTA) estudió el enraizamiento de la Grevillea rosmarinifolia, utilizando ácido indol butírico (IBA). Conoce los resultados. |
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Apuntes técnicos | Por Conrado Pakoca |
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Sabías qué | Por el Museo de La Plata |
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Opinión | Por Jordi Castan |
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La Frase “Argentina continúa con su condición de país libre de HLB”, afirmaron desde el Ministerio de Agricultura de la Nación”. |
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