Josefina Madariaga: “Mi  preferida es la flor de burucuyá”

Por Rosa Dotta Ruiz

¿Cuál es tu planta y/o flor preferida?

Mi preferida es la flor de burucuyá (pasionaria). Me  atraen tanto su color como la complejidad de su forma. La leyenda que hay acerca de ella y  las múltiples propiedades curativas que posee forman parte también del interés que me ofrece. Además, por supuesto, cuenta el hecho de que su desarrollo sea tan importante en la zona en la cual nací y me crié (Corrientes). Entonces, toda  la historia que envuelve  a esta flor hace que conlleve un  significado especial para mí.

¿Cómo sería tu jardín ideal?

El de mis sueños sería un jardín muy tupido y laberíntico, con plantas colgantes y exóticas; sería un lugar abundante de enredaderas. Tendría, además, estanques de agua, muchas hamacas y un mariposario.

¿Tienes algún espacio verde en tu hogar?

 Sí, la casa de mi infancia tiene muchísimo verde,  y cuando la visito, lo disfruto mucho. Está repleto de plantas y árboles frutales: limonero, quinoto, burucuyá, palta, lapacho, orquídeas colgantes, laurel, y una pérgola hecha de una santa Rita que tiene más de cien años. Es un jardín con mucha historia.

¿Cuándo fue la última vez que te regalaron una planta y/o flor?

 Me han obsequiado unas cuantas, últimamente. Hace poco, una amiga se fue a vivir a otro país y, de las muchas que regalaba, escogí algunas: suculentas  y helechos.  Siento que ese tipo de “herencia” o “legado” tiene un sabor único; de hecho, mi amiga dejó algo de ella en mí, algo que cuidaba y que ahora continúo protegiendo yo. Dar y recibir una planta es un gesto de amor y amistad.

¿Cuándo fue la última vez que compraste una planta y/o flor?

 Hace unos meses adquirí la última y fue para usarla, a través de la observación, como modelo de una pintura. Fui especialmente en la búsqueda de una que tuviese muchos colores (no recuerdo su nombre). Es una especie de helecho, con hojas violáceas de tonos bordó, verdes y rosados. Lo que me llamó más la atención fue  la cantidad de grises que tenía (colores que luego fue cambiando, como así también sus hojas).

¿Cómo definirías tu relación con la naturaleza?

Es maravillosa y fue así desde siempre, de muy pequeña.  Mi mamá, quien tiene un jardín magnífico y gigante, me enseñó a respetarlo y a cuidarlo. Siento agradecimiento por  todo lo que aprendí  allí. De niña  escuchaba cuando ella decía los nombres científicos de muchas de sus plantas; eso me interesaba mucho. También aprendí detalles que tienen que ver con el ecosistema (mi madre cría lombrices que trabajan la tierra), como así también las propiedades curativas de muchas plantas (tal vez esto tenga relación con la profesión de mi padre: la medicina).

De manera que mi vínculo con la naturaleza es constante, a diario pienso en ella y trato de aprender sus enseñanzas: lo  es todo. Advertir su inmensidad, sus mutaciones, su infinitud y su misterio es apasionante.

Cuando doy clases y trabajo en el taller, elijo una frase de Gaudí (máximo representante del modernismo catalán) para pensar en ella: “El libro abierto que siempre hay que leer es la naturaleza”.

Josefina Madariaga (32),  artista plástica.
www.josefinamadariaga.com