AMBA: Proyectos locales del INTA

Conoce la tarea realizada dentro de Floricultura en el periurbano del AMBA, acciones para fortalecer su desarrollo. Además: Implementación de un sistema de evaluación de impacto ambiental. Por Paula Amoia

En la actual cartera de proyectos del INTA, los de origen local han tenido, sin dudas, un papel de gran relevancia como herramientas de extensión. Estas planificaciones, destinadas a abordar problemas y oportunidades del lugar, y a promover procesos de innovación para el desarrollo de los territorios, incluyen actividades de las Agencias de Extensión y de las Estaciones Experimentales del INTA, a lo largo del país. 

Los proyectos anclados en la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires (EEA AMBA) del INTA, que finalizan este año, han abarcado una amplia diversidad de actividades agropecuarias, que fueron desde el autoconsumo hasta la producción comercial. Entre ellos, uno que estuvo enfocado en la producción florícola.

Floricultura en el periurbano del AMBA, acciones para fortalecer su desarrollo

El proyecto local (Floricultura en el periurbano del AMBA, acciones para fortalecer su desarrollo) surgió a partir de la necesidad de trabajar conjuntamente técnicos y productores en numerosas problemáticas enmarcadas en Buenas Prácticas Agrícolas y la sustentabilidad de los sistemas.

Las producciones intensivas comparten territorio, cada vez más frecuentemente, con habitantes de las ciudades que eligen alejarse de los grandes centros urbanos. En ese sentido, el manejo de los recursos naturales (suelo bajo producción, agua de riego) y el uso adecuado de los insumos (fitosanitarios, abonos, fertilizantes) no solo resultan de gran importancia ambiental y económica, sino que podrían tornarse conflictivos en caso de que la actividad no se llevara adelante con responsabilidad social.

La articulación con los diversos actores del sector fue fundamental para efectivizar las actividades del Proyecto.

• Actividades

Durante la primera etapa, y coincidentemente con las restricciones impuestas a causa de la pandemia, se realizaron charlas y capacitaciones (virtual y semipresencial) sobre diversos temas.

Junto al INASE y con la participación de técnicos de la Estación Experimental Agropecuaria San Pedro del INTA, se desarrollaron algunas de ellas vinculadas al uso y al registro de variedades de rosa. En articulación con la Universidad Arturo Jauretche y el Municipio de Florencio Varela, a través de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, se realizaron encuentros semipresenciales sobre manejo y programación de cultivo de san Vicente y clavel.

En relación con el uso de enmiendas de origen animal y sus consecuencias en el suelo, se organizaron, de manera conjunta al programa Cambio Rural, talleres con productores de la Agencia de Extensión Rural La Plata del INTA AMBA, en los que se analizaron los resultados obtenidos de muestras de los suelos en producción y se propusieron prácticas alternativas para mejorar su condición.

Por otro lado, se fortalecieron Unidades Demostrativas presentes en el territorio, como el Instituto de Florihorticultura y Jardinería de Escobar. En esa instancia, la actividad fue llevada adelante con los alumnos en la producción de plantas y flores de corte bajo Buenas Prácticas, en articulación con la Agencia de Extensión Rural Escobar del INTA AMBA. 

Impacto ambiental

Por primera vez, fue iniciada la implementación en cultivos florícola de un sistema de evaluación de impacto ambiental recientemente presentado en nuestro país. El SEPIA (Sistema de Evaluación Ponderada de Impacto Ambiental), resultado del trabajo ensamblado de técnicos e investigadores del INTA y EMBRAPA (Brasil), que realizaron la adaptación a la situación de producción intensiva de nuestro país.

Esta constituye una herramienta de diagnóstico que brinda una evaluación integral del sistema productivo y permite, a partir de los datos relevados y volcados al sistema, brindarles, tanto al productor como a los técnicos, un informe que pueda servir de herramienta para visualizar los puntos críticos y, a su vez, generar estrategias para mejorarlos.

En ese sentido, se han iniciado algunas experiencias a partir de la toma de muestras de suelo y agua, y la elaboración de encuestas, en establecimientos productivos de Moreno, Escobar, Florencio Varela y La Plata. 

 

Si bien la actual cartera de proyectos del INTA finaliza este año, no ocurrirá lo mismo con el trabajo con el sector: se presenta próximamente la oportunidad de evaluar y replantear las actividades para continuar fortaleciendo el trabajo conjunto.