En qué fase de producción se recomienda emplearlo y por qué. Cuánto debe aplicarse en cultivos intensivos y extensivos. Qué hacer en producciones protegidas. Por Héctor Svartz*
El compost puede ser aplicado en la fase mesófila II o semimaduro.
La etapa mesófila II se da cuando bajan las temperaturas y se estabilizan biológicamente los materiales por la falta de sustancias biodegradables. No hay alimentos y se establece la competencia entre hongos y bacterias.
Si buscamos aumentar el contenido de materia orgánica a manera de fertilidad potencial y mejorar la estructura de la matriz del suelo, es preferible usar el compost en su condición de madurez.
El compost semimaduro tiene una elevada actividad biológica y el porcentaje de nutrientes fácilmente asimilables para las plantas es mayor que en el compost maduro.
En este caso, debe aplicarse en menor cantidad, alejado de las raíces de la planta para evitar quemaduras.
El empleo en cultivos intensivos como la horticultura es, por lo común, una aplicación de primavera de 4-5 kg/m2 en el terreno previamente labrado (coliflor, apio, papa, etc.).
En cultivos extensivos, la aplicación es de 7-10 T/ha de compost.
El compost maduro es usado también para producciones de cultivos protegidos: plantines, plantas en maceta y maceteros. Se suele mezclar (20-50 % en volumen) con tierra y otros materiales, por ejemplo, turba y cascarilla de arroz, como preparación de sustrato.
* Ing. Agr. M. Sc. Héctor A. Svartz, profesor asociado (cátedra de Jardinería de la UBA) y asesor técnico.