¿La extinción de las plantas?

Pierre-Olivier Cheptou, ecólogo evolutivo de la Universidad de Montpellier (Francia), trascendió mundialmente al compartir los resultados de su investigación sobre la autofertilización de las flores. Los resultados fueron preocupantes.

El estudio, dirigido por Pierre-Olivier Cheptou, ecólogo evolutivo de la Universidad de Montpellier (Francia), tomó como planta de análisis los pensamientos silvestres (herbácea de flores blancas, amarillas y moradas), comunes de ver en los campos europeos y a orillas de sus carreteras.

• El estudio

Para rastrear la evolución de los pensamientos silvestres en las últimas décadas, los investigadores usaron una colección de semillas recolectadas por los conservatorios botánicos nacionales de Francia en la década de 1990 y a principios de la del 2000. Los especialistas compararon estas flores antiguas con las nuevas.

Después de cultivar en el laboratorio las semillas nuevas y antiguas, una al lado de la otra, bajo condiciones idénticas, descubrieron que la autofecundación había aumentado un 27 % desde la década de 1990.

Por otro lado, mientras que no se había modificado el tamaño de los nuevos pensamientos silvestres, sus flores se habían reducido en un 10 % y producían un 20 % menos de néctar. La consecuencia de este fenómeno fue que los nuevos pensamientos silvestres redujeron su atractivo para los insectos polinizadores (dato chequeado al ofrecer a las abejas ambas plantas y observar que preferían las antiguas).

A su vez, los científicos mostraron su sorpresa porque estos cambios se están produciendo muy rápido: en solo veinte generaciones.

Consecuencias

Dichos resultados -según observó Cheptou- indican que los polinizadores y las flores pueden estar atrapados en un círculo vicioso: la disminución del néctar reducirá aún más las poblaciones de insectos (pasarán hambre), haciendo que la reproducción sexual sea incluso menos provechosa para las plantas. Y a largo plazo, las limitaciones genéticas de la autofecundación podrían poner a las plantas en riesgo de extinción porque no van a poder adaptarse a futuros retos (la reproducción sexual permite que las flores mezclen su ADN, creando nuevas combinaciones que pueden prepararlas mejor para defenderse de enfermedades, sequías y otros retos).