Jujuy: destinan $70.000 para un proyecto de lisianthus

Desde el INTA Hornillos, el Ing. Agr. Juan José Agüero destaca las últimas novedades de los productores de flores de corte de esa provincia. Además, como extensionista, nos brinda su opinión sobre el sector florícola de la zona.

Si bien hace catorce años que trabajo en sistemas intensivos -principalmente hortícolas-, considero que en el norte del país, la floricultura presenta desafíos diferenciales: la visualización del sector, la incorporación de tecnología para la producción de especies de mayor precio de venta, el fortalecimiento de las organizaciones y el valor agregado, explica el profesional de la citada organización, quien viene desempeñándose en el sector florícola desde hace ya cuatro años.

El penúltimo fin de semana de enero, se llevó a cabo el 8.° Festival de la Flor y el Folclore, en Maimará. En dicha oportunidad, la organización estuvo íntegramente a cargo de la Cooperativa Flor de la Quebrada. Ese hecho resulta muy alentador ya que demuestra la madurez de la institución y la sostenibilidad del efecto de nuestra intervención como Estado. La continuidad de este tipo de eventos garantiza un espacio para las flores en la vida del jujeño y sus visitantes. Así, el aumento de la demanda, de un producto de calidad, ejercerá un efecto de tracción sobre la implementación de mejoras tecnológicas.

Cuéntanos sobre el proyecto de lisianthus.

Para crecer en una producción sostenible de lisianthus bajo invernadero, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en la convocatoria PROCODAS 2015 (Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales), aprobó un financiamiento por $ 70.000 presentado por Gabriela Gómez, promotora de Cambio Rural II, sobre la base de los resultados preliminares de su tesis de grado, para construir una plantinera modelo calefaccionada con energía solar en el predio de la Cooperativa Flor de la Quebrada.

Además de la asistencia técnica de Gómez, el equipo de trabajo está conformado por técnicos del INTA a través del Instituto de Floricultura, la Agencia de Extensión del INTA Hornillos y el IPAF Región NOA(Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar). Se incorporará así la tecnología del almácigo flotante, con la innovación de calentar el agua de la pileta con un sistema de mangueras expuestas a la alta radiación diurna, que atemperen las bajas temperaturas nocturnas de la Quebrada.

¿En qué estado se encuentra este proyecto?

Hemos recibido el financiamiento el último día hábil de 2015; esperamos contar con las estructuras antes de la época invernal, para tener plantines propios, de alta calidad, esta primavera.

¿Qué otras organizaciones tiene Jujuy?

Cuenta con cuatro organizaciones florícolas: la Asociación de Productores de Plantas Ornamentales y las cooperativas El Cadillal, Frutiflor y Flor de la Quebrada. Todas ellas constituyen, junto a técnicos del INTA, la Secretaría de Agricultura Familiar, la Facultad de Ciencias Agrarias y el Ministerio de la Producción de Jujuy: la Mesa Provincial de Floricultura. A través de esta entidad, se implementó un proyecto conjunto financiado por PRODERI(Programa de Desarrollo Rural Incluyente), que, sumado al Programa Cambio Rural II y al Foro Nacional de Floricultura, procuraron, en estos últimos años, fortalecer las organizaciones del sector, tanto en su interior como en la relación entre ellas.

Hay que tener en cuenta el hecho de que la floricultura jujeña es una actividad realizada, casi exclusivamente, por la agricultura familiar; entonces, el ordenamiento y el flujo de información son aspectos vitales para que todos los esfuerzos se complementen.

Actualmente, ¿qué ofrecen?

Trabajamos con productos de valor emocional, por lo tanto, la excelencia en la calidad, la originalidad en la presentación y el acervo cultural que podamos transmitir a través de nuestras flores son el valor agregado de la producción.

Por eso, hacemos hincapié en ampliar las alternativas para el uso y el consumo de flores: arreglos florales, ornamentación de eventos, regalería, flores secas, etc.,  tratando de ir más allá de la tradicional producción de flores para cementerio.

Estos cuatro aspectos que nombré solo pueden abordarse en equipo, y trascienden a la formación tradicional de un ingeniero agrónomo, pero son, según mi criterio, comparables a la función de las cuatro patas de una mesa. Mantener su equilibrio es un gran esfuerzo común; no obstante, con una mano en el corazón, no sé si hay algo más gratificante que acompañar nuestra vida con plantas y flores, sabiendo que son fruto de nuestra tierra, nuestra gente y nuestra cultura.