Ataques a Minas Magri

Cynthia Massa, representante legal de la firma, presenta esta empresa y señala que ya son dos los atentados sufridos por supuestos integrantes de la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche). Este grupo adquirió protagonismo luego de la desaparición de Santiago Maldonado.

Desde los finales de los setenta, Compañía de Minas Magri se dedica a la extracción y comercialización de turba de Carex. Estamos ubicados en el extremo noroeste de la provincia de Chubut (dentro de la denominada Comarca Andina del paralelo 42). Hoy, la empresa se encuentra en franco proceso de crecimiento gracias al desarrollo de nuevos productos adaptados al mercado actual,nos cuenta Cynthia Massa, encargada de dicho emprendimiento comercial.

¿Qué productos ofrece actualmente la empresa? ¿Cuáles son los mercados que abastecen?

En la actualidad, la empresa divide sus actividades productivas en dos facetas diferentes pero de igual importancia. En una, nos dedicamos a la producción de absorbentes para hidrocarburos (a partir de turba deshidratada); y en la otra fase (y que es la histórica de la compañía), producimos turba pura (destinada a la horticultura y floricultura). También, para esta última cartera de clientes, hemos desarrollado algunos sustratos de uso doméstico. Nuestros clientes se ubican desde el sur de nuestra provincia hasta la Mesopotamia; y también estamos ganando mercado en la zona de Cuyo.

Cuéntanos sobre los ataques a la empresa.

Esta región está pasando por un momento difícil en cuanto a las reivindicaciones territoriales de habitantes originarios. Dentro de esos reclamos, están las de los grupos totalmente pacíficos y respetuosos de los vecinos de la Comarca, pero también han llegado a nuestra región grupos de personas que dicen ser herederos de territorios ancestrales, pero con una visión totalmente diferente a la de los antiguos pobladores de origen nativo. Para este grupo, lo principal es ocasionar daños a los emprendimientos laborales, de cualquier índole.

Es así que, en agosto de 2016, nos encontramos con que durante la noche personas desconocidas habían perpetuado un ataque incendiario a las máquinas retroexcavadoras utilizadas por la empresa para extraer la turba. Como resultado de eso, sufrimos la pérdida total de una, y, con mucho esfuerzo y costo económico, pudimos reparar la otra. Como adjudicación del atentado, esta organización dejó panfletos firmados por la RAM.

Este episodio se volvió a repetir, casi un año después, en el transcurso de este invierno, y dejó un verdadero desastre de daños sin ninguna justificación. Nos quemaron no solo la retroexcavadora que habíamos reparado con mucho esfuerzo, sino también motores, paneles eléctricos y demás.

Repuestos de la indignación y la tristeza del primer momento, volvimos a reparar y comenzamos nuevamente… pero siempre preguntándonos, ¿hasta cuándo? Cuándo vienen nuevamente a destruir el esfuerzo de todo un equipo de trabajo. Sin dudas que nos levantaremos nuevamente, y seguiremos, tenemos la fuerza de la razón.

¿Qué dijo el Gobierno?

Demás está decir que por la zona en que se encuentran estas máquinas, ninguna compañía aseguradora la toma, por lo tanto, los gastos de reparación fueron absorbidos por la empresa. Las respuestas dadas por las autoridades, tanto políticas como judiciales, fue la misma: “No hay pruebas de  culpables, lo lamentamos mucho”. Y así, este año, en menos de un mes del atentado, la causa fue archivada.

¿Creen que un hecho así podría repetirse?

De a poco, estamos adoptando algunas medidas más de protección (como instalaciones de cámaras de seguridad). Lamentablemente, creemos que estos hechos pueden repetirse en cualquier momento. Solo resta saber a quién le tocará.

Al cierre de esta edición, el RAM tenía tomada una zona del lago Mascardi (a 35 km de Bariloche - Río Negro-) y colgado una bandera con la consigna: “Territorio recuperado”. Próximos a las vacaciones de verano, las posibilidades de nuevos atentados por parte de este grupo de personas (que, además, opera con el rostro cubierto) ha comenzado a inquietar a las autoridades.

¿Cómo ven el mercado de la turba en la Argentina?

Como empresa con más de cuarenta años de trayectoria, observamos que el mercado de la turba está teniendo un pequeño repunte. Es un desafío para las empresas turberas argentinas competir (estar a la altura) de las turbas importadas. No tenemos nada que nos limite. En el mundo hay básicamente dos tipos de turba y tenemos las dos en nuestro país; solo necesitamos reglas claras y que desde el Estado se proteja a esta industria que con mucho esfuerzo lleva años luchando y apostando al futuro del país.

¿Qué planes tienen a mediano y largo plazo?

Además de terminar de reparar todos los daños que nos ocasionaron con estos atentados, estamos en pleno desarrollo de un sustrato de uso profesional destinado al productor mayorista. Es intención de la empresa hacer de este sustrato un firme competidor respecto de los que ingresan del exterior; una apuesta fuerte que encaramos y, si todo continúa en los carriles actuales, ya lo tendremos disponible a mediados del año entrante.