Victoria Porta, Rafael Soria y Facundo Rojas, hijos de productores florícolas, que eligieron la Maestría en Floricultura*, nos hablan de su decisión de continuar creciendo dentro del ámbito.
Háblennos sobre sus cultivos.
Victoria Porta (25 años, acompaña a su padre en todas las áreas del vivero): En 1981, mi papá empezó fabricando macetas en Buenos Aires; con el paso de los años, la empresa creció, y el negocio lo llevó a producir plantas en Corrientes (hoy estamos ubicados en la localidad de San Cosme). Originalmente, se cultivaban plantas de interior, pero actualmente nos dedicamos, más que nada, a árboles, arbustos y enredaderas, y muchos plantines florales de temporada. Nuestra producción se reparte en catorce provincias del país.
Rafael Soria (30 años, trabaja en el área de producción): Nuestra marcada afición por las herbáceas perennes y gramíneas, principalmente aquellas adaptadas al clima de Salta (estamos ubicados en Vaqueros), nos llevaron a crear un vivero propio: Vivero Norma Soria. Nuestro segundo propósito fue investigar respecto de algunas especies resistentes, novedosas e interesantes, que se adapten bien a nuestro clima. Comenzamos con nuestra microempresa en 1995.
Facundo Rojas (29 años, gerente de producción y participa también en otras áreas): Cultivos Carumbe es una empresa fundada por mis padres (Javier Rojas y María Gabriela González) en 1992, y desde entonces se dedican a la producción de plantas ornamentales de interior. El cultivo se encuentra ubicado en la ciudad de Saladas (Corrientes). En 2010 incorporamos a la empresa un laboratorio para micropropagación de plantas, en el que multiplicamos la mayoría de los productos que comercializamos.
¿Cómo ven el sector florícola?
Victoria Porta: Advierto que el sector atraviesa un momento difícil. No solo en lo económico, ya que, generalmente, cuando el país sufre una crisis de este tipo, nuestro ámbito es uno de los más afectados, sino porque se muestra como si estuviese descolocado. Digo esto en el sentido de que no vamos todos para el mismo lugar; todavía el sector no encuentra la forma de imponerse en el mercado como un producto importante para la vida de las personas. No es un sector muy unido como "asociación" en sí. Generalmente, somos muy celosos, y queremos abarcar todo. O, por no ponernos de acuerdo o por necesidad, nos dedicamos a mirarnos e intentar competir, en vez de unirnos más y, sobre todo, como país. Nosotros, por ejemplo, en comparación con Buenos Aires, tenemos realidades muy distintas y muchas veces estamos muy lejos de ser un grupo consolidado. Nuestro sector es uno de los que demanda más mano de obra y a medida que va pasando el tiempo necesitamos que sea más especializada.
Rafael Soria: Desde mi punto de vista, al sector le faltan tres cosas: introducción de nuevas variedades; diversificación dentro del ámbito (ya que todos realizan las mismas plantas y flores -esto puede ser consecuencia de lo señalado en el primer punto-); y ponerle valor agregado al producto (este ítem es el más importante dado que es el que marca la diferencia de un producto con el resto).
Facundo Rojas: A pesar de los vaivenes económicos por los que atraviesa nuestro país, y sabiendo que la planta no es un producto de primera necesidad, las perspectivas de venta son muy buenas para este año. Por nuestra parte, nos estamos preparando para llegar a la temporada con el cultivo completo y la mejor calidad de plantas.
¿Por qué creen que cada vez hay menos hijos de floricultores que deciden seguir dentro de este sector?
Victoria Porta: Este dato me parece muy cierto, porque lo noto, incluso, en las familias viveristas que conozco. Me parece que una de las razones es que actualmente existen muchas más posibilidades para poder estudiar en la universidad y elegir lo que uno quiere y realmente le gusta. Como si la empresa familiar y lo que hizo el padre durante años no se tomara, en los jóvenes, como algo que hay que seguir, sí o sí, por mandato familiar o por respeto a todo lo que él hizo durante su vida. Se lo considera como un trabajo que tuvo el padre durante años y, gracias a eso, los hijos pudieron estudiar, pero ellos no seguirán ese camino; simplemente, porque no les gusta o porque quizá no han tenido buenas experiencias con ese negocio o, tal vez, porque vieron que no es un actividad tan estable; entonces, prefieren buscar la estabilidad económica por otro camino. Hay múltiples razones, más allá de eso, creo que es básicamente porque, en muchos casos, los padres no supieron inculcar el amor y la dedicación por este trabajo.
Rafael Soria: Actualmente, la gran diversidad de carreras lleva a que los jóvenes tengan otras alternativas a la hora de optar respecto de qué hacer en su futuro, pero muchos de ellos continúan con la carrera elegida y, en paralelo, siguen con el negocio familiar.
Facundo Rojas: Creo que cada vez son menos los hijos de productores en el sector, quizá, por el hecho de que deciden seguir otras carreras, ya que no les debe de gustar la producción. No considero que sea por una cuestión económica; también sé de algunos jóvenes que no tienen una buena relación con los padres a la hora de trabajar, y ese puede ser uno de los factores decisivos.
¿Qué advierten para confiar en que es viable un futuro dentro de este sector (e incluso, los incentiva a seguir estudiando?
Victoria Porta: Nunca me lo cuestioné mucho. En realidad, siempre amé lo que hacía mi papá y quise el negocio, siempre. Desde chica intenté pasar el mayor tiempo posible en el vivero porque disfrutaba estar ahí. A la vez pienso que la actividad seguirá siendo viable por el simple hecho de que producimos seres vivos. Seres que purifican el aire, y la tendencia del mundo es la de cuidar el medio ambiente. Apuesto mucho a que haya un cambio de mentalidad en la sociedad y consideren muy importantes invertir en plantas para su jardín. En consecuencia, siempre es importante seguir perfeccionándonos porque debemos innovar y vender distintos productos.
Rafael Soria: Veo que el consumo sigue aumentando a medida que las urbanizaciones crecen, y, a su vez, las nuevas generaciones contraen un mayor compromiso con los espacios verdes, por ejemplo: la elección de techos y paredes verdes.
Facundo Rojas: Observo que hay mucho por hacer y seguir creciendo. En lo personal, me gusta la producción y el día a día dentro del cultivo. Lo que me incentivó a seguir la Maestría en Floricultura fue la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y técnicas para mejorar y hacer más eficiente nuestra producción.
* La Maestría en Floricultura es organizada por el Instituto de Floricultora del Inta y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.