Desde pequeña, se despertó en mí, naturalmente, el interés por las flores, las mariposas y todo aquello relacionado con la naturaleza. Ya más grande y en un curso de orientación vocacional, recuerdo que, pese a mi interés bastante claro por ser ingeniera agrónoma, me comentaron que no sería Agronomía mi carrera.
Pese a ello y por una muy buena decisión de aquel entonces, comencé, en 1995, la carrera en la Universidad Nacional de Córdoba y desde esa época no dejé nunca mi pasión por todo lo vinculado a ella. En 1997 se abrió un espacio en el campo-escuela de la Facultad, en el que pude iniciar mis prácticas en Floricultura.
Una vez recibida y bajo el programa Cambio Rural, logré reunir a un grupo de productores de flores de corte en Córdoba, y, con ellos, di mis primeros pasos profesionales como técnica asesora, aunque claramente continué aprendiendo mucho del equipo: compartimos asesoramientos privados y reuniones grupales cada mes para intercambiar experiencias y enriquecernos como grupo.
Con la floricultura viajé, participé en ferias internacionales junto a productores empresarios, abrí los ojos, vi lo que hacen y cómo lo hacen en países referentes: Alemania, Holanda, España, Francia, Brasil; tuve la oportunidad de asesorar a una empresa portuguesa en la comercialización de flores; compré flores en el mercado más grande de Holanda y luego seguí en España trabajando y capacitándome.
Hoy, como miembro de la Comisión Organizadora del 40 Congreso Argentino de Horticultura, espero que podamos compartir esta misma forma de vida con productores, académicos, emprendedores: los ejes fundamentales para un mayor y mejor desarrollo de la floricultura.
María Alejandra Tuma Borgonovo (41), ingeniera agrónoma.
aletuma@agro.unc.edu.ar