Te contamos cómo el COVID-19, sumado al aislamiento social preventivo y obligatorio, comenzó a influir en la floricultura argentina. Además: los cambios de planes de la AAFV para este 2020.
El aislamiento social preventivo y obligatorio impuesto por el Gobierno Nacional, del 20 al 31 de marzo, con motivo del coronavirus (COVID-19), sorprendió a todos los floricultores. Las primeras horas de la mañana de ese día (20) transcurrieron ocupadas en la búsqueda de saber si, al menos, podían llevar adelante una de las tareas básicas de mantenimiento: regar.
En respuesta a este interrogante, se pudo acceder al Decreto 297/2020 que lo regula, el cual, en el Artículo 6°, inciso 13, informa: Quedan exceptuadas del cumplimiento del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” y de la prohibición de circular, las personas afectadas a las actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia, según se detalla a continuación, y sus desplazamientos deberán limitarse al estricto cumplimiento de esas actividades y servicios: (…) Actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización agropecuaria y de pesca. Mientras que, en relación con los servicios de jardinería, el tema no quedó tan claro. Para algunos, estarían incluidos dentro del inciso 22: Servicios esenciales de vigilancia, limpieza y guardia.
A esta gran incertidumbre, se sumó el hecho de que algunos empleados de viveros decidieron no ir a trabajar.
Un par de días antes, el Sindicato Unido de Trabajadores Jardineros, Parquistas, Viveristas y Floricultores de la República Argentina había solicitado que, de manera inmediata, se proveyera a todos los trabajadores del sector, por ser declaradas tareas esenciales y por la imposibilidad de hacer dicho trabajo de manera remota, de los siguientes elementos: alcohol en gel, alcohol diluido al 70% en pulverizador, guantes de PVC, traje descartable de fumigación (para zonas de riesgo), barbijos, protectores oculares de montura integral (cerrados), elementos para el lavado de manos.
Observando los dos subsectores, el de plantas ornamentales y el de flores de corte, puede apreciarse que este último es el más afectado. En todo el país, se repite lo mismo: se está tirando la producción, y, en el mejor de los casos, se ha podido podar para tratar de obtener una segunda floración. Mientras que, en relación con las plantas ornamentales, el más perjudicado es el de la producción de plugs y plantas de estación: se intenta desacelerar el desarrollo de las mismas a fin de poder llegar a ubicarlas en el mercado. Muchos floricultores ya analizan la reconversión de sus cultivos en plantaciones de hortalizas de invierno.
Al cierre de esta edición, el Gobierno extendió el plazo del aislamiento social preventivo y obligatorio hasta el 13 de abril.
-
Pedido de ayuda al Gobierno
El 27 de marzo, la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas (AAFV) compartió el informe en el que le pide ayuda al Gobierno. Este será recibido desde diferentes frentes: fue enviado a la Dirección de Floricultura, Horticultura y Fruticultura de la Provincia de Buenos Aires. También a FEBAPRI (de la cual la Asociación forma parte), para ser presentado ante el Ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires. Y al Instituto de Floricultura del INTA, para que, por su intermedio, lo eleve al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Nación.
En dicha petición, se destaca que, consultados los mercados mayoristas de flores de corte de Buenos Aires, a raíz del aislamiento social preventivo y obligatorio, de quince días, estiman una pérdida promedio de mil paquetes de flores, por productor. Y concluyen en que hay que tener en cuenta que, en Buenos Aires, se halla el 50 % de la producción del país; por lo tanto, se considera que hay unos quinientos productores distribuidos en los diferentes polos productivos de otras provincias.
Además, agregan que dicha situación comenzó a afectar también a los productores de plantines florales, dado que la planta “se pasa” y hay que tirarla. Y que a estas le seguirán en los próximos días las plantas de interior.
-
Pedido de ayuda a los consumidores
Asimismo, además de estar intentando darles visibilidad a los problemas del sector a través de medios de comunicación masiva, han encarado una campaña en change.org en procura de que el Estado apruebe la venta on line y la entrega a domicilio de todos los productos del sector.
En el pedido, destacan la manera en que las plantas y flores favorecen la salud emocional de las personas durante la cuarentena.
Redireccionan las campañas de marketing
Dentro de este contexto, la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas decidió suspender el Primer Congreso Nacional de Viveristas Itinerante, que se iba a llevar adelante el 22 y el 23 de mayo, en Mendoza. Y suspender el encuentro para degustar vinos, pautado para el 24 de abril, en Buenos Aires. Este último, organizado por la Comisión de Marketing, tenía como objetivo reunir fondos para promocionar las plantas y flores.
Rápidamente, pasó a enviar diferentes avisos para compartir por medio de las redes sociales en los que alentaba a los que debían quedarse en su casa a que aprovecharan ese momento para disfrutar el jardín.
Por otro lado, las agrupaciones de floricultores ubicadas en diferentes provincias, siguiendo las directivas del Gobierno, suspendieron sus eventos. Esto incluyó la tradicional feria y exposición: La Flor más Bella (Jujuy).
Esto también pasará
Por Verónica Langé*
Siempre ha llamado la atención el análisis de aquellos economistas que dicen que los empresarios argentinos están más acostumbrados que otros a hacer frente a las diferentes crisis económicas (recordemos la hiperinflación de 1989-90 o la crisis de 2001). Y que, como consecuencia de esto, junto a la sociedad, están “mejor preparados” para afrontar los escenarios adversos.
¿“Mejor preparados” significa que dolerá menos? No, pero la experiencia ayuda.
Definitivamente, ayuda.
Durante la crisis financiera de 2008 (producto de la burbuja inmobiliaria, en Estados Unidos), la Argentina no se vio significativamente afectada, como sí ocurrió con la mayoría de los países, porque a raíz del default de 2002, prácticamente no contaba con acceso al crédito internacional.
¿Sería posible, entonces, creer que nuestro sector florícola sufrirá menos que otros**? Toda su producción se consume en el mercado interno.
En estos momentos, si bien nadie sabe el impacto que tendrá el COVID-19 en los mercados, contamos con dos buenas noticias en materia económica. La primera es que la crisis tendrá su pico máximo en temporada baja; y la segunda, que esto también pasará.
* Lic. En Economía, directora editorial de Economía & Viveros.
** La floricultura en los tiempos del COVID-19