Acercamos los principales tips de manejo de estas plantas de estación: crecimiento y floración, sustrato y nutrición, sanidad y mucho más. Por Oscar J. Herrera*
En los últimos tres o cuatro años, se ha registrado un aumento en la cantidad de plantas producidas de marimoñas (Ranunculus asiaticus L.) para maceta y, con ello, las consultas con el fin de obtener un mejor producto ¿Cuáles son las preguntas habituales?
Crecimiento y floración
El crecimiento y la floración de marimoña están influenciados por la temperatura y el fotoperíodo (cantidad de horas de luz diarias) del ambiente de cultivo.
Formación de hojas: las temperaturas diurnas de 15-18 ºC, junto con días cortos, favorecen al crecimiento vegetativo. Por encima de los 20 ºC, la actividad fotosintética disminuye, se reduce el crecimiento de la planta y se anticipa la floración. La formación de una buena masa foliar, previa a la iniciación de los pimpollos, favorece una floración abundante. Por su parte, la producción foliar aumenta con el aumento de la intensidad de luz provista.
Las temperaturas de cultivo menores a los 10 ºC estimulan la producción de ramificaciones, pero ralentizan el crecimiento y alargan el ciclo de cultivo.
La temperatura también afecta a la arquitectura de la planta: a menor temperatura mayor compacidad.
Formación de flores: la floración de marimoña presenta una respuesta cuantitativa a las temperaturas bajas, y es una planta de día largo cuantitativo. Esta especie florece prematuramente con días largos.
Las plantas forman 9-12 hojas, o más, antes de la floración.
El desarrollo se acelera con temperaturas por debajo de los 15 ºC, en tanto que la iniciación floral se resiente con temperaturas superiores a los 18 ºC.
Con noches frías y fotoperíodo corto (fin del invierno y comienzos de la primavera), se obtiene la mayor calidad de plantas. A bajas temperaturas, aumenta la uniformidad de floración del lote. Un alto nivel de iluminación, junto con bajas temperaturas, incrementa el diámetro de las flores y su intensidad cromática. El largo del pedúnculo floral tiene un fuerte componente genético (diferencias entre variedades), pero se correlaciona en forma directa con el fotoperíodo y la temperatura.
En resumen, la marimoña es un buen ejemplo de que no siempre cuanto más rápido, mejor. Se la puede forzar a florecer más rápidamente, pero a costa de la calidad vegetativa y floral.
Enmacetado
Una vez terminada la etapa de propagación, el plantín (plug) se debe plantar lo antes posible. Debido a que esta especie es muy sensible al deterioro por “envejecimiento”, es una de las que exige prioridad de implantación cuando se produce una demora en el programa general de envasado.
Sustrato
Se debe emplear un sustrato con muy buen drenaje y mantener el pH en un valor alrededor de 6.0, y la conductividad eléctrica baja (extracto del medio saturado 0.9-1.3). Frecuentemente, la marimoña exhibe clorosis férrica cuando el sistema radicular no cuenta con suficiente aireación, o se emplean aguas de riego con una elevada alcalinidad. Por otra parte, las aguas con altos contenidos de sodio impactan negativamente sobre el crecimiento foliar y la producción de flores.
Espaciamiento
Un cultivo de marimoña en maceta Nº 12, que presente un buen desarrollo de la parte aérea, demanda una densidad final de 25-30 plantas/m2 para asegurar la iluminación y la ventilación apropiadas. Dicha densidad, además, aumenta considerablemente la eficacia de los tratamientos por pulverización.
Nutrición
La marimoña debe ser considerada entre los cultivos con requerimientos nutricionales medianos. En las primeras 3-4 semanas después del enmacetado, es recomendable la fertilización con una baja proporción de fósforo, un balance N:K2O 1:1, incluyendo calcio y hierro quelatado, preferentemente EDDHA-Fe. A medida que el ciclo de cultivo avanza hacia floración, conviene emplear un balance N:K2O 1:2. Próxima a la floración, la marimoña es muy exigente en potasio. En ocasiones, el empleo de aguas de riego duras (ricas en calcio y magnesio), o recurrentes fertilizaciones con alto tenor cálcico, pueden inducir deficiencias potásicas, por antagonismo. En dicho caso, las hojas inferiores presentan síntomas de clorosis entre nervaduras y márgenes cloróticos o necrosados (secos) similares a los causados por déficit de magnesio.
Para controlar un excesivo crecimiento vegetativo, se pueden intercalar fertilizaciones con un balance N:K2O 1:3 (p.ej., nitrato de potasio), conducir a las plantas con un cierto déficit de agua y reducir la temperatura.
Sanidad
La marimoña es muy susceptible al ataque de oídio. Se debe hacer un monitoreo continuo en los momentos meteorológicamente frescos y nublados a fin de hacer una detección temprana de la enfermedad. Si fuera necesario, practicar pulverizaciones con fungicidas curativos, por ejemplo, myclobutanil (principio activo). Para ejercer un buen control preventivo/curativo, es imprescindible cultivar con una elevada iluminación y ventilación (considerar el espaciamiento entre plantas), evitar el uso excesivo de fertilizantes fuertemente nitrogenados y regar en horas matutinas tempranas.
Por otra parte, a medida que avanza la primavera, es común la aparición de hojas basales amarillentas debido a las temperaturas altas y/o al estrés hídrico.
* Ing. Agr. Oscar J. Herrera, asesor técnico de cultivos ornamentales.