María Laura Vidal Bazterrica

Con una amplia experiencia en el diseño de espacios familiares verdes, esta paisajista nos habla sobre las preferencias de los clientes. Además, cómo se determinan los honorarios profesionales.

Siempre me atrajeron las plantas (sobre todo, las flores). Ya desde pequeña, me encantaba decorar con ellas la casa, principalmente, en las fechas especiales o cuando mis padres recibían visitas, recuerda la paisajista María Laura Vidal Bazterrica (61).

¿Crees que hay puntos en común entre el paisajismo y el arte floral?

Considero  que todo lo natural converge siempre en un mismo punto. El paisajismo y el arte floral tienen mucho en común. Si habláramos de las carreras,  podríamos decir que ambas son estudiadas partiendo de las sensaciones, jugando con los sentimientos (por ejemplo, descubriendo combinaciones de colores). Con ellas, se trata de crear usando permanentemente lo que la naturaleza nos ofrece; cambian los actores, a veces, son plantas o flores, y otras, ambas.

¿Quiénes son tus referentes en paisajismo y en arte floral?

En paisajismo, Carlos Thays; y en arte floral, Viviana Mimare (directora de la Escuela Argentina de Arte Floral).

¿Qué pide la gente en uno y en otro caso?

En paisajismo, bajo mantenimiento, porque no hay personal capacitado para cuidar lo que se diseña y planta (ejecuta). Ha desaparecido el oficio de jardinero. A los clientes les gusta el color y tener puntos focales durante todo el año (la combinación de las diferentes siluetas de las especies, los colores de los follajes, las texturas, etc.). 

Mientras que en el arte floral, permanentemente piden diseños innovadores, arreglos y ramos diferentes. No les gusta lo conocido (por lo que este último trabajo requiere de un estudio constante –mantenernos actualizados-).

Después de tantos años, ¿has notado alguna evolución en la demanda paisajística?

Antes solo pedían un jardín prolijo, con césped sencillo (porque a estos espacios se los vivía más todos los días -incluso, durante la semana-). Hoy, la mayoría trabaja y solo dispone de los fines de semana para deleitarse con estos sitios verdes; por eso quieren que sea único y, en esos metros cuadrados, tener todo (pileta, canteros de plantas, quincho, un césped espectacular, arbolado y senderos perfectos, con macetas en sus patios y galerías “de revista”).

Quieren “jardines escenarios” -como los llamo yo-,  porque se disfrutan solo de a ratos. La vida enloquecida que llevamos (sobre todo, en las grandes ciudades –el interior es más tranquilo-) hace que dediquemos menos tiempo a vivir el jardín de lo que desearíamos hacerlo.

¿Cuáles son los colores y materiales de moda?

El blanco es siempre el color de moda cuando nos referimos a las flores (por ser el que se luce de noche -es el último en “apagarse”-). Los violetas y azules, junto con el rojo, se piden cada año más. El naranja se está incorporando cada día mejor, al ser trabajado como complementario del verde; esto se da, sobre todo, en diseños modernos. Y con respecto al color de la construcción de la casa, el gris, en todas sus tonalidades, va ganando lejos en relación con otros colores. Este año, ¡gris y blanco juntos!

Con respecto a los materiales, sin dudas hay que destacar que el tarquini nunca pasa de moda, y que el deck plástico cada vez se incorpora más, por su fácil mantenimiento.

¿Cuánto se suele gastar para estas obras?

Es muy variable (depende siempre de las etapas o los metros del jardín a trabajar). Con respecto al diseño, cada paisajista pone su precio de acuerdo con su experiencia y con el cliente (ya que, por ejemplo, no es lo mismo un cliente de años  que uno nuevo).

Mientras que, con respecto a la ejecución, siempre es un porcentaje del presupuesto total: los honorarios constituyen un 20 %, aproximadamente, de la obra. Si la obra es muy grande, el porcentaje baja, por ejemplo, en lugar de un 20 % es el 15 %. 

¿Cuáles son los problemas más comunes que enfrenta un paisajista?

El clima, la ansiedad del cliente y el cumplimiento de cada rubro (plantas, sustratos, macetas, contratistas, volquetes, etc.). 

¿Cómo lo solucionamos? Rezando para que no llueva cuando estamos trabajando en obra, teniendo una agenda laboral muy ordenada, pero, a su vez, con cierta elasticidad, porque si el tiempo es malo, no podemos trabajar en obra, entonces recurrimos al plan B: dibujar, cobrar, ir a visitar clientes o viveros, leer, estudiar y asistir a charlas, entre otras actividades. 

¿A qué te dedicas actualmente?

En la actualidad, trabajo como paisajista todos los días: diseñando, ejecutando, reciclando todo tipo de espacio verde, asesorando a empresas (por ejemplo, barrios cerrados). También, escribo notas técnicas y de diseño para varios medios  (como la revista Jardín), y doy clases y seminarios junto a empresas afines al paisajismo y su mantenimiento (incluso, dicto clases particulares).

En arte floral, me dedico, como Itasflowers, a crear ramos y tocados de novia. Además de ambientaciones (siempre trabajando con flores, follajes y plantas).