Leticia Tombión: desafíos en biotecnología ornamental

La Dra. Leticia Tombión (34) recibió el premio “40 Under 40”, otorgado a personas menores de cuarenta años por su compromiso con el desarrollo del sector florícola y hortícola a escala global. Para la profesional distinguida (ingeniera agrónoma, doctorada en Ciencias Agrarias y Forestales, y responsable del laboratorio de cultivo de tejidos vegetales del Instituto de Floricultura del INTA), recibir esta distinción representa “un estímulo enorme porque pone en valor los aportes técnicos, académicos y el liderazgo en áreas que, muchas veces, trabajan en silencio”.
El premio es otorgado por Greenhouse Product News, una revista especializada que se ha convertido en referencia internacional dentro del rubro.
Leticia, ¿cuál ha sido el eje de tu trabajo en estos años?
Uno de los pilares fue la investigación aplicada en Biotecnología vegetal, con foco en técnicas de micropropagación, cultivo in vitro y sistemas sustentables de producción para especies ornamentales.
Cuéntanos algunos de los logros más destacados en ese camino.
Desarrollé protocolos eficientes para la multiplicación de plantas ornamentales de alto valor comercial, priorizando aquellas con potencial exportador y buena adaptabilidad. Entre ellas, especies nativas subutilizadas del género Seemannia, que tienen una enorme aptitud ornamental y pueden diversificar nuestra oferta florícola.
Sabemos que lograste avances importantes con Alstroemeria y otras especies complejas. ¿Cómo fue ese proceso?
Fue un gran desafío. Logré desarrollar un protocolo de micropropagación de Alstroemeria a partir de meristemas de rizoma, algo que hasta entonces no se había podido obtener por las dificultades técnicas que presenta el cultivo. Además, conseguí por primera vez el enraizamiento, in vitro, de Tecoma ‘Victoria INTA’. De esta manera, se superaron barreras históricas para su propagación a nivel biotecnológico.
También trabajaste en la recuperación de cultivares. Nos interesaría que ampliaras información sobre esa experiencia.
Sí, recuperamos sanitariamente el cultivar Calibrachoa ‘Pampa Salmón INTA’, que había sido desplazado por estar infectado con el virus Y de la papa. A través del cultivo de meristemas y controles virológicos, se pudo eliminar el virus y devolver este material al mercado nacional con plena calidad, lo que también implicó conservar un patrimonio genético argentino.
¿Cómo articulas lo científico con lo productivo en tu trabajo diario?
Diseñé e implementé un sistema de trazabilidad para la producción de plantas madre en el Instituto, que ordenó y optimizó todos los procesos. Hoy, la producción de cultivares ornamentales INTA se realiza de manera eficiente, con altos estándares de calidad y cumpliendo adecuadamente con los plazos de tiempo de entrega demandados por el sector.
¿Qué desafíos enfrentan hoy quienes trabajan en floricultura en la Argentina?
Quienes investigamos en floricultura, en la Argentina, debemos superar desafíos importantes, como, por ejemplo, el financiamiento. Al respecto, sabemos que, en general, suele ser algo inestable. Hay una difícil articulación entre ciencia y producción. Asimismo, es relativamente escasa la formación específica en el área, ya que, a nivel país, no somos demasiadas personas las que nos dedicamos a esta actividad.
A ello se suman otro tipo de dificultades, representado por el acceso al germoplasma en ciertos territorios y por la baja visibilidad académica, entre otros factores. Esa situación limita la generación y la consiguiente publicación de conocimientos aplicados que podrían impulsar el crecimiento y la profesionalización del ámbito específico.
Además de la investigación, también estás vinculada con la docencia.
Sí. Soy docente de la asignatura Producción Vegetal III (Horticultura) de quinto año, de la carrera Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional de Luján.
¿Qué impacto procuras generar a largo plazo en el sector?
Quiero seguir fortaleciendo una floricultura resiliente, diversa y en sintonía con las demandas actuales, sin dejar de lado la sostenibilidad. Mi compromiso es tender puentes entre la ciencia, la producción y la sociedad, siempre con una mirada transformadora.
Sobre el autor

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