Qué vende un garden centers en la Argentina

Nicolás Antoniucci actualiza las preferencias de los consumidores que buscan plantas y accesorios para el hogar. Las macetas de moda, los colores preferidos de las flores y mucho más.

Vivero de atención al público. Nicolás Antoniucci. Fotos: gentileza de Vivero Antoniucci

El mercado de los viveros argentinos atraviesa una transformación marcada por los nuevos hábitos de consumo, impulsados por el interés creciente en la naturaleza, el diseño y la vida sustentable.

En Mar del Plata (Buenos Aires), Nicolás Antoniucci, de Vivero Antoniucci —uno de los más antiguos del país, activo desde 1919—, comparte su mirada sobre las ventas en los garden centers nacionales. Lo hace a partir de la experiencia vivida en el rubro y de la evolución de las preferencias del público en las últimas décadas.

Del modelo tradicional al Garden Center

Desde fines de los noventa, el formato de vivero clásico dio paso a una modalidad más amplia: el Garden Center, inspirado en el modelo europeo. Este enfoque no se limita a vender plantas, también amplía la experiencia de compra al incorporar otros rubros: decoración, mobiliario de exterior, iluminación, servicios de paisajismo e incluso, gastronomía ligera.

Hoy el cliente no busca solo un producto, sino que procura una experiencia integral de bienestar y conexión con la naturaleza, explica Antoniucci. En los garden centers modernos, el acto de comprar se transforma en una vivencia sensorial y educativa, en el cual, el diseño, la estética y la sustentabilidad se entrelazan.

El auge de la huerta doméstica y el cambio en la demanda de semillas

En los últimos años, especialmente desde la pandemia, las semillas de huerta superaron en ventas a las de césped —no en volumen de unidades, pero sí en cantidad de clientes—. Constituye un cambio notable en la composición del mercado.

El cultivo hogareño dejó de ser una práctica puramente económica para convertirse en un estilo de vida asociado a la salud, la autosuficiencia y la educación ambiental. Así, por ejemplo, familias con niños, jóvenes urbanos y adultos mayores se sumaron a la tendencia de producir sus propios alimentos, impulsando, de esa forma, un crecimiento sostenido del sector.

Nuevas preferencias: tropicales, nativas y plantas de interior

Las plantas tropicales lideran, en la actualidad, las elecciones del público, marcando una continuidad con las modas de décadas anteriores: las coníferas fueron emblemáticas en los ochenta, y las gramíneas, en la década de los noventa.

Aunque las especies nativas ganan visibilidad por su bajo mantenimiento y su valor ecológico, todavía no logran una aceptación masiva. En paralelo, las plantas de interior y las ornamentales para regalo mantienen un crecimiento constante, impulsadas por consumidores que buscan decorar y crear bienestar en sus hogares.

El color como espejo del consumidor

Antoniucci advierte una diferencia marcada entre el gusto profesional y el del público general: El profesional tiene una mirada más cultivada, equilibrada, mientras que el aficionado tiende a lo infantil, con exceso de color. Pero esa espontaneidad también sostiene al mercado, porque el color sigue siendo la gran tentación.

La observación, lejos de ser crítica, refleja una diversidad de motivaciones que alimenta el dinamismo del sector: mientras los paisajistas priorizan la composición y el equilibrio, el consumidor común busca impacto visual inmediato.

Un público más diverso e informado

El viverismo argentino actual se caracteriza por una heterogeneidad inusual. En un centro de jardinería, es posible ver un chacarero comprando árboles para cortinas forestales al lado de un vecino que busca un limonero o una planta para su balcón. Esa mezcla es una de las mayores riquezas del rubro, señala Antoniucci.

El asesoramiento especializado sigue siendo una de las principales fortalezas del sector. Aunque muchos clientes compran por autoservicio, al momento de cerrar la venta siempre se produce el intercambio técnico, agrega. Las redes sociales, los tutoriales y la multiplicación de contenidos digitales han formado consumidores más informados y participativos, que llegan al vivero con ideas propias, pero valoran la guía del experto.

Sustratos, materiales y conciencia ambiental

Los sustratos de calidad se afianzan como un insumo imprescindible para el éxito de cualquier cultivo. Antoniucci advierte que la escasez de tierra negra es tal que debería estar más regulada. Los sustratos son el cimiento de cualquier plantación y su producción responsable será decisiva para el futuro.

En cuanto a las macetas, en estos momentos las preferidas del público son las rotomoldeadas. Atrás quedó el auge de las macetas de fibrocemento, tan populares en los últimos diez años.

Un mercado en expansión que busca identidad verde

La jardinería argentina avanza hacia un modelo más consciente, en el que el placer estético se combina con la educación ambiental, la sustentabilidad y el diseño.

El crecimiento del interés por la huerta doméstica, el diseño de exteriores y las plantas de interior evidencian un cambio cultural profundo.

Al respecto, concluye Antoniucci: El verde dejó de ser solo un pasatiempo para convertirse en parte esencial del estilo de vida de una nueva generación de consumidores.

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