Un juego para descubrir drupas, pomos y pepónides -entre otros-: por qué la frutilla no es la fruta que creías. Diez preguntas cuya respuesta solo puede ser “verdadero” o “falso”. ¿Cuántas aciertas?

En botánica, muchos frutos conocidos no son lo que parecen. La frutilla, por ejemplo, no es un fruto en sentido estricto, sino un receptáculo que contiene numerosos aquenios.

Los invitamos a poner a prueba los conocimientos sobre el mundo vegetal mediante un juego de afirmaciones verdaderas y falsas, pensado para aprender —de manera sencilla y precisa— cómo se clasifican realmente los frutos.

1) El fruto del duraznero (Prunus persica) se llama drupa.

2) El fruto de la vid (Vitis vinifera) se llama melónide.

3) La “nuez” del nogal (Juglans regia) es un aquenio típico.

4) El fruto del manzano (Malus sylvestris) se llama pomo.

5) La frutilla (Fragaria x ananassa) tiene un fruto llamado conocarpo.

6) El fruto del granado (Punica granatum) se llama pepónide.

7) El fruto del zapallo (Cucurbita máxima) es una baya.

8) El fruto del rosal (Rosa spp.) se llama cinorrodón y contiene aquenios en su interior.

9) El fruto del girasol (Helianthus annuus) es una cipsela.

10) El fruto del ananá (Ananas comosus) se llama sicono.

Respuestas

1) Verdadero.

2) Falso. Se llama baya.

3) Falso. Se llama drupa (drupa involucrada).

4) Verdadero.

5) Verdadero.

6) Falso. Se llama balausta.

7) Falso. Se llama pepónide.

8) Verdadero.

9) Verdadero.

10) Falso. Se llama sorosio.

• ¿Sabías que un aquenio es un fruto seco, con una sola semilla, que no se abre al madurar? En la frutilla (Fragaria x ananassa), los pequeños “puntitos” de la superficie son los verdaderos frutos.

• En esta nota escribimos “nuez” entre comillas porque, desde el punto de vista botánico, lo que comúnmente se llama “nuez” (por ejemplo, en Juglans regia) no es una nuez verdadera, sino una drupa modificada, también seca, de una sola semilla y que no se abre al madurar.

• En botánica, una nuez verdadera es un fruto seco, con una sola semilla, que tampoco se abre al madurar, pero cuya pared se endurece por completo formando una cáscara leñosa. Un ejemplo típico es el avellano (Corylus avellana).