Mamboretá se renueva

Oscar y Ariel Della Villa presentan las últimas novedades de su empresa. Qué productos integran la línea Bio. Cuál es su mirada sobre el mercado de los fitosanitarios.

La historia de Mamboretá empieza a principios de la década de los 60, cuando con mi esposa Luisa, nos dimos cuenta de que la gente necesitaba productos más eficientes para cuidar sus huertas y jardines (en ese momento, comercializaba los mismos productos que usaba el agro), recuerda Oscar Della Villa (81), socio gerente de la empresa.

Cuando creamos Mamboretá, a pesar de que, por esa época, grandes multinacionales comenzaban a comercializar productos con esos fines, no existía ninguna empresa cuya preocupación principal estuviera enfocada en las necesidades de los cultivos domésticos.

¿Desde el inicio fueron ustedes dos los integrantes de la empresa?

En un principio, la empresa estaba formada por un grupo de socios (entre ellos, ingenieros agrónomos con especialidad en el cuidado de cultivos). Luego, compramos las partes de ellos.

Fue entonces que Luisa dejó su trabajo de administrativa en un banco, y, reuniendo los contactos y conocimientos adquiridos, nos iniciamos en este proyecto. Primero, en Versalles; luego, en nuestra casa de Villa Luzuriaga; y en la actualidad, en Ituzaingó (Buenos Aires).

Han efectuado muchos cambios en los últimos tiempos. 

Ariel Della Villa (53), hijo y socio gerente: Mamboretá es una empresa en constante cambio, tanto en relación con sus productos como en lo comercial.

En el tema de productos, recientemente hemos lanzado un fertilizante 100 % orgánico, aprobado por el Senasa y certificado por una certificadora internacional (Argensert) como producto ecológico.

Por otro lado, con el fin de que nuestros productos fueran más eficientes y muchísimo más amigables con el medioambiente y el usuario, se han cambiado los principios activos de algunos productos, y los porcentajes de formulación, en otros.

Todo esto fue acompañado por un rediseño del packaging de la línea, dado que a través de los comentarios nos decían que los productos eran muy parecidos entre sí y eso provocaba confusiones. Entonces se buscó una nueva forma de identificación, además de separar lo que integra la línea más amigable, que ya veníamos trabajando desde 1996 (Bio), de la línea tradicional.

Sumado a estas acciones, y siempre con el objetivo de seguir ofreciendo productos de calidad, hemos diseñado, desde cero (construido y habilitado), una planta de última tecnología en la zona de Ituzaingó, que tiene los estándares mundiales más altos en producción y seguridad. La misma, como corresponde, está habilitada por el Gobierno (nacional, provincial y municipal).

En dicho predio, también funciona nuestro punto de distribución, que, al estar ubicado en el centro del tercer anillo del Gran Buenos Aires, específicamente, en la parte central de la Autopista del Oeste, resulta de muy fácil acceso.

Además, comercialmente y motivados por el gran volumen de consultas recibidas sobre nuestros productos, nos esforzamos, día a día, por relacionarnos más de cerca con nuestros clientes: hicimos una nueva página web, que cuenta con un formulario de registro (de cliente y usuario) para recibir mails y responder consultas. También agregamos comunicación a través de redes sociales, junto a un número de whatsapp para consultas y pedidos.

Háblennos sobre la línea Bio.

Ariel: El primer producto de la línea Bio (lanzada el año pasado) que sacamos al mercado en 1996 fue Mamboretá Vital. Con este producto, nos convertimos en la primera empresa argentina en presentar al mercado del cuidado de huertas y jardines un producto ecológico y sustentable para el medioambiente. Y en 2001, con el lanzamiento de Mamboretá OIL85E, ofrecimos el primer aceite mineral ecológico de alta refinación en el país. A esta línea se sumó el fertilizante que comentamos: Mamboretá Smarter.

Es muy importante observar que la línea Bio, además de estar conformada por productos orgánicos, ecológicos y/o biológicos, cuenta con la correspondiente inscripción en el Senasa y la certificación internacional de distintas certificadoras.

¿Qué ofrece actualmente la empresa?

Oscar: Una línea de productos para el cuidado y la nutrición de las plantas ornamentales y comestibles muy completa y avanzada, que respeta al usuario y al medioambiente.

¿Cómo ven el futuro de ese mercado? 

Ariel: Como se observa desde la década de los 90, vemos un mercado que demanda productos cada vez más amigables con el medioambiente sin sacrificar eficacia, que dejen un cero por ciento de residuos en los vegetales de consumo y con la mínima toxicidad posible. Estamos absolutamente de acuerdo con ello y esa propuesta marca nuestro rumbo día a día. Intentamos ser pioneros en tal sentido.

Por otro lado, observamos que los consumidores se interesan cada vez más por el cuidado del medioambiente y de su propia salud; pero suelen usar productos no autorizados por los ministerios de agricultura y/o salud. En algunos casos, esos productos incluso se autodenominan ecológicos, sin haber pasado por los controles requeridos para poder ser usados; es decir, dichos productos no son los más adecuados en pos de lograr esos objetivos.

Como agravante, hay comercios que, si bien supuestamente se diferencian por el asesoramiento que dan a sus clientes, recomiendan ese tipo de productos. Y, de esa manera, se  exponen, a sí mismos y a los usuarios, a la variedad de riesgos que conlleva la venta y el uso de productos no testeados y autorizados por las entidades sanitarias y fitosanitarias competentes.

Desde mi punto de vista, entiendo que todo esto generará cambios progresivos en el mercado, orientados a encausarlo hacia horizontes de mayor seriedad y responsabilidad, no solo por parte de los consumidores que cada vez se informan con mayor facilidad, sino también, por parte de los oferentes que quieran mantener y fidelizar a sus clientes.

¿Qué planes tienen para el futuro?

Oscar: Seguir buscando, a nivel mundial, las mejores soluciones a las necesidades de los espacios verdes y las huertas.