Babbitt asumió como directora nacional del INASE

El reconocimiento a la Ing. Agr. Silvana Babbitt se produjo en junio. La funcionaria ya se acercó al sector florícola para ofrecerle su colaboración en relación con los trabajos de este instituto.

Ser Directora Nacional de Semillas y Creaciones Fitogenéticas del INASE (Instituto Nacional de Semillas) significa tener a cargo dos direcciones: la de Registro de Variedades y la de Evaluación de Calidad, explica la Ing. Agr. Silvana Babbitt (58).

En ellas desarrollamos diversas tareas de interés para el sector agrícola, como la de proponer normas referidas a estándares de calidad de todo órgano de propagación, trabajar en la certificación de calidad de las simientes, registrar nuevas variedades vegetales e implementar acciones para la protección de la propiedad intelectual de ellas.

Significa, también, asumir un nuevo compromiso con el sector agropecuario. La responsabilidad es enorme; mis deseos de trabajar por el sector también lo son.

Cuéntanos sobre tu relación con el sector.

Hasta el año pasado, la actividad de viveros era lo prioritario en mis ocupaciones diarias al frente de la Oficina. Ahora, tengo una gran diversidad de tareas, pero -hablando en un tono familiar- “mi corazoncito” sigue estando en las plantas de viveros. De hecho, continúo siendo la referente del INASE ante el Programa Nacional de Prevención del Huanglongbing. Apenas asumí, me comuniqué con Ana Giovanettone, y puse a disposición de la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas mi dirección nacional para canalizar sus inquietudes y presentar las problemáticas del sector, entre otras cosas.

En general, cuáles dirías que son las fortalezas y debilidades del sector.

Si me hubieras hecho esta pregunta hace quince años, te hubiera respondido que la debilidad más visible era la falta de conductas asociativas. Hoy, con mucha satisfacción, digo que la voluntad de trabajar juntos, codo a codo, entre sí y articulando con los organismos del Estado, es una fortaleza del sector. Sin duda, el Foro de Floricultura (creado en 2007) y luego el Clúster Florícola del AMBA y San Pedro han sido decisivos para esto.

¿Cómo resumirías la situación actual del HLB?

El Programa Nacional de Prevención del HLB fue creado en 2009, y es un verdadero ejemplo a nivel nacional de una adecuada y virtuosa interacción interinstitucional, y también establecida con el sector privado, lo que significa que ha sido y es un éxito. De aquella primera planta enferma detectada en Misiones hace nueve años, hoy tenemos 788 plantas localizadas y erradicadas. Sin la puesta en marcha de este programa, actualmente serían muchísimas más.

Es cierto que el HLB está presente en varias provincias, pero “contenido”. Afortunadamente, Tucumán (provincia productora y exportadora de limones) sigue libre de la enfermedad, y volviendo a San Pedro, también está libre de ella. A mayo de 2021, se han monitoreado 422.000 sitios. En la Argentina, la plaga está presente; no obstante, bajo un estricto control oficial.

Recomiendo leer Análisis epidemiológico HLB.

¿Cuáles son los avances más significativos en los viveros de cítricos con fines ornamentales?

Muchísimos. Empezando, por la alta calidad y sanidad de las plantas producidas en condiciones bajo invernadero. La trazabilidad, garantizada por el sistema de certificación que lleva adelante el INASE. Y el alto cumplimiento de los marcos normativos, tanto del INASE como del SENASA. Para esto, el INTA también ha tenido un rol muy importante, acompañando al sector desde la provisión de materiales certificados hasta la capacitación en cuanto a los nuevos modos de producir.

¿Cómo ves el futuro de los cultivos de plantas ornamentales y flores de corte?

Lo veo conquistando nuevos mercados. Creo que dos de sus mayores desafíos son: obtener una mayor cantidad de variedades y lograr exportar diversidad de especies.