Continúan los cambios en el sector

El Instituto de Floricultura del INTA brinda más información sobre el impacto de la pandemia del COVID-19 en la floricultura argentina. Por Ingrid Villanova*

La pandemia del COVID-19 obligó a replantear muchos aspectos de las actividades florícolas. Según datos del último relevamiento del Instituto de Floricultura del INTA, en torno a los cambios que piensan realizar o ya han realizado los encuestados, se destacó que un 58 % redujo su volumen de producción, mientras que el 42 % restante  piensa tomar la misma medida.

Un 91 %  está considerando cambiar el rubro productivo, en tanto que solo un 9 %  lo ha efectivizado. 

En cuanto a la reducción de costos, un 84 % se plantea reducir personal.

En el orden comercial, un 79 % piensa cambiar el tipo de producto;  otro 65 % pretende modificar la forma de venta;  y un 58 % busca innovar en el rubro comercial. Por último, un 52 % estima que suspenderá la plantación.

En el análisis segmentado por provincia y región, el nivel de impacto general en veintiuna provincias y en el AMBA fue elevado, en un orden superior al 50 %.  Formosa y Catamarca arrojaron un grado de impacto alto, menor al 50 %, coincidente con la ausencia de casos de contagios en las mencionadas provincias, al momento de realizarse la encuesta. Además, independientemente del tamaño de la empresa, el efecto negativo alto fue superior al 75 %.

En cuanto a las fases de la cuarentena, en la Fase I (Aislamiento estricto), la mayoría del sector en todo el país tuvo suspensión total de actividades. Recién en la Fase 2 (Aislamiento administrativo) y con mayor presencia en la Fase 3 (Segmentación geográfica), la actividad comenzó a desempeñarse parcialmente, obteniendo porcentajes superiores al 60 %. Inclusive, en la Fase 4 (Reapertura progresiva), en algunas provincias, aumentó considerablemente la elección de la actividad normal, aunque no es lo preponderante (como es el caso de Santa Fe, Misiones, Corrientes, Santa Cruz, San Luis y Buenos Aires -menos el AMBA-).

En cuanto a la compensación económica, los encuestados de Entre Ríos, Formosa, Misiones, Salta, San Juan, San Luis, Santiago del Estero y Tierra del Fuego manifestaron que no recibieron ninguna ayuda económica.

Finalmente, la encuesta solicitaba un comentario o una sugerencia en relación con la situación actual. (Respondieron seis de cada diez encuestados -era optativa la respuesta-).

A través de una nube de palabras (técnica que busca representar visualmente los vocablos más frecuentes en un texto), se obtuvo la imagen que ilustra esta nota. En mayor tamaño se muestran y agrupan aquellas que los encuestados repitieron mayor cantidad de veces; se eligieron colores, tipo de letra y formas, según el mensaje a destacar.

La nube de palabras refleja qué tipo de circunstancia tuvo un mayor impacto en la actividad productiva y en las ventas. Las palabras “necesita” y “ayuda” se refieren al pedido de poder trabajar, requerimientos de créditos y ayudas económicas.  En este sentido, se encuentra en la encuesta un sentimiento de ausencia de contención marcado por las palabras “nadie” y “ninguna”.

Otras palabras de mayor tamaño, como “pagar”, “impuestos” y “dinero”, marcan la crisis y la preocupación por el contexto. “Ventas” y “comercialización” tienen su relevancia debido al fuerte impacto negativo de estas variables de la empresa. La palabra “seguir” denota incertidumbre de lo que vendrá y una  visión de continuidad y perseverancia. Y por último, la palabra “mala”, asociada a otras como “perjudicar”, “problemas”, “complicado”, “difícil”, “perdiendo”, describe la situación actual.

Se encuentra escasa frecuencia de palabras positivas, como por ejemplo, la palabra “mejorar”, “cambiar”, “propuesta”, “normalmente”. Otras palabras que surgen son “empleados” y “temporada”. En el primer caso, asociada con las obligaciones; y en el segundo, con la pérdida de la temporada. 

 

* Cra. Ingrid Villanova (Instituto de Floricultura del INTA).