Décima celebración de la Cooperativa Flor de la Quebrada

El 20 de enero, se llevó adelante una nueva edición de la Fiesta de la Flor y el Folklore. Cuál es el porvenir que observan para la floricultura quebradeña en los próximos años. Por Juan Carlos Agüero

Una de las socias de la Cooperativa Flor de la Quebrada, Jacinta Ciares (70), haciendo de vocera de la institución en esta oportunidad, nos dice que está convencida de que fueron aprendiendo mucho a través de los años. Al respecto, señala: Pasamos de hacer una fiesta nocturna en el salón municipal, en la que teníamos venta de flores en la entrada, a realizar una exposición de arte floral, folklore y comidas regionales en nuestro propio predio. Somos conscientes de que resta por capacitarnos y seguir desarrollándonos aún, pero estamos dispuestos a lograrlo. En ese sentido, es de señalar que el pasado 20 de enero, se cumplieron diez años de un evento que tiene como objetivo poner en valor a la floricultura de la Quebrada de Humahuaca: la Fiesta de la Flor y el Folklore.

En esta ocasión, el evento contó con la presencia de la Lic. Cristina Hansen, quien dictó el taller de Alternativas de Agregado de Valor en Flores, y casi nadie pudo resistirse a participar; ejemplo de ello fue Josefina, una coplera emblemática de Maimará. Al respecto, Ciares agregó que la anciana, de más de noventa años, siempre los acompaña con su arte en la Fiesta.  Pero este año quiso aprender a hacer arreglos, coronas, coronitas y ramos. En Maimará hay una gran demanda de estos productos, y muchas veces vendemos nuestra producción de flores en San Salvador de Jujuy (a 70 km), allí las acondicionan, y nosotros vamos a comprar el producto de nuestra materia prima. Lo vemos como una oportunidad, pero tenemos que aprender.

¿Cómo ves el futuro de la floricultura quebradeña en los próximos tiempos?

Desde hace un par de años, es posible advertir algunos cambios que parecería que vinieron para quedarse. Según nos dicen los intermediarios, la gente de la ciudad no está llevando flores con la frecuencia con que lo hacía antes: todos los lunes se preparaban grandes remesas para los floreros del cementerio.

Ahora piden variedad y novedad para ambientar fiestas, para ceremonias fúnebres, etc. Por suerte, nosotros nos fuimos preparando; acopiamos las especialidades de cada uno en la cooperativa y conseguimos así mejores precios. Por ejemplo, Damián lleva sus gladiolos; Eleuterio, sus claveles; y yo, mi gypsophila. Y se juntan con los lisianthus del invernadero que tenemos en común. De todas maneras, el precio se mantiene igual hace tres años, mientras que cada vez cuesta más producirlo. Por eso nos reunimos, para pensar entre todos diferentes alternativas.