INTERNACIONALES Por efecto de la disminución del tráfico aéreo, los productores florícolas de los citados países se encuentran con serias dificultades para abastecer a sus tradicionales mercados. Por Marta Pizano y Ron Van der Ploeg*
El Covid-19 ha puesto al descubierto la fragilidad de las cadenas de suministro; y las flores cortadas no son una excepción. En los primeros días de la pandemia, la flota de aviones comerciales del mundo no tuvo otra opción que inmovilizarse. Ahora, veinte meses después, las aerolíneas han reanudado sus operaciones, pero las restricciones de viaje y las medidas de cuarentena continúan imponiendo una fuerte limitación a la capacidad de carga, lo que ha provocado que los precios se disparen.
Con aislamientos sociales prolongados, el lapso de tiempo marcado por el flagelo mundial hizo que las personas desarrollaran relaciones más estrechas con la vida hogareña. Como resultado de ello, surgió el deseo de crear y mantener hermosos espacios, lo que produjo una demanda inesperadamente alta de flores cortadas y plantas ornamentales. Se espera que a medida que se aflojen las restricciones, la tendencia perdure y las flores frescas en las casas se conviertan en una nueva normalidad, especialmente en mercados como el de los Estados Unidos, en el que algunas fechas u ocasiones específicas marcan la compra de estos productos.
Este panorama determinó que la revista FloraCulture International entrevistara a miembros de la cadena de valor florícola de Ecuador y Colombia, con el objetivo de acceder a información de primera mano sobre qué está pasando al respecto.
Flete aéreo
Las restricciones provocaron que los costos de los fletes se elevaran a un punto tal que están abonando un flete aéreo a los Estados Unidos a precios que solían pagarlo con destino a Europa (tres o cuatro veces, los niveles prepandémicos).
Los entrevistados agregan que el espacio de carga es difícil de conseguir y la frecuencia de vuelo es, a menudo, insuficiente, lo que los obliga a alquilar aviones a costos muy altos. Pero la demanda es fuerte y los precios de las flores relativamente razonables, aunque no lo suficientemente altos como para compensar el aumento de los costos de transporte
-afirman-.
Transporte marítimo
Antes del Covid-19, parecía que el transporte marítimo crecería considerablemente, ofreciendo una opción mucho más barata y posible para entregar flores de alta calidad a los Estados Unidos y a Europa.
Si bien el flete marítimo ha aumentado en 2021 en comparación con 2020, en Colombia, por ejemplo, el traslado aéreo aún representa más del 90 % del método de envío seleccionado para las flores cortadas. Los floricultores señalan que las carreteras están en mal estado y los camiones demoran de dos a tres días desde Bogotá hasta los puertos de la costa caribeña; además, destacan que los costos de transporte terrestre son terriblemente onerosos (llevar flores cortadas en camión a la costa puede costar lo mismo que el transporte marítimo).
Muchos recién llegados
Al comienzo de la pandemia, muchos productores entraron en pánico y podaron las plantas de rosas para, prácticamente, inactivarlas. Cuando fue evidente que la demanda no disminuiría, intentaron que las plantas volvieran a producir. No obstante, el proceso fisiológico necesario para que eso suceda es lento, y dicha situación, junto con las condiciones climáticas extremas que han tenido desde el año pasado, cambiaron el proceso de producción y cosecha.
En Colombia y en Ecuador, el aumento de la demanda está impulsando, en la actualidad, la expansión de las áreas de producción, en su mayoría, de rosas; en la que muchos productores informales se están uniendo a la escena.
* Por Marta Pizano (colaboradora de la revista FloraCulture International) y Ron van der Ploeg (editor de la revista FloraCulture International).