Tendencias y desafíos en el mercado de plantas ornamentales
Jorge Diéguez (Viveros La Facultad) analiza la evolución de las ventas, de los últimos años: especies en auge, retroceso de otras y la necesidad de campañas para revalorizar el viverismo.

El ámbito sigue consolidando una tendencia iniciada hace ya algunos años: la decoración con plantas de hoja grande. La Strelitzia nicolai lidera la tabla; seguido de cerca por otras especies como los pandurata, las boina de vasco y el siempre vigente spathy sensation, explica Jorge Diéguez, de Viveros La Facultad.
También se observa una marcada escalada de las oreja de elefante, acompañadas por un distinguido cortejo de alocacias y colocasias de colección. A esta propuesta se suma una interesante selección de Philodendron: Wambe, xanadu, selloum, birkin y elegans, por nombrar algunos.
¿Tu apreciación sobre las especies nativas y la aparición de nuevas plantas?
Las nativas han llegado para quedarse. A mi entender, lo ideal es un justo equilibrio entre nativas y exóticas. Celebramos la aparición de nuevas variedades —calateas, marantas, palmeras—, aunque, por ahora, se concentran en plantas de interior. Aún tenemos una asignatura pendiente con el desarrollo de especies novedosas para exterior. La excepción que confirma la regla: la aparición de variedades de Acer, que son una verdadera joya en nuestro mercado.
¿Cuáles son las otras curiosidades observadas en el mercado?
Más allá de las especies, me intriga ver hacia dónde vamos. Me pregunto: ¿estamos comenzando a plantar en arena? Lo dejo como tarea para el hogar.
¿Existe una contracara en este panorama?
Lamentablemente, sí. Con cierto pesar, debo decir que las suculentas y los cactus encabezan la lista de especies que hoy se consideran demodé. En mi opinión —subjetiva, claro—, su bajo rendimiento comercial responde a una saturación y banalización del mercado. Sin embargo, según expertos, como Paula Freire, estas variedades tienen ciclos y, como ya ha sucedido antes, podrían volver a ocupar los primeros lugares.
Más allá de lo decorativo y de su bajo mantenimiento, su verdadero valor está en ser la puerta de entrada a la xerojardinería, un concepto aún ausente en nuestro vocabulario cotidiano.
¿Qué ocurre con los plantines florales?
Están fuera de competencia. Los viejos viveristas recordamos con nostalgia aquellas épocas en las que los clientes venían al vivero con frecuencia a renovar sus florales. De paso, compraban alguna otra planta, macetas, sustratos, insumos, fertilizantes y, claro, los cactus o palitos de agua, que solíamos tener en el mostrador… “Pero para qué vender florales, si hay que regarlos constantemente, se les pasa la flor rápido, se desperdician mucho; en definitiva, no son negocio” —cita con ironía el pensamiento de algunos viveristas—.
Necesitamos campañas de marketing sólidas para que los florales vuelvan a ocupar un lugar de relevancia. O, mejor dicho: necesitamos campañas de marketing para que todos podamos ascender a primera.
¿Cómo ha evolucionado la venta de plantas en general?
Estamos en una montaña rusa. La pandemia, con su efecto de arrastre negativo y un par de cartuchos de dinamita, hizo volar por los aires nuestras previsiones y estadísticas.
Hoy es difícil hacer una evaluación seria. Convergen múltiples factores: cambios en los canales de venta —e-commerce, redes sociales, los llamados “mediomundos”, que le venden a cualquiera—. Sumamos la caída de la obra pública —o, como se suele decir, estábamos al borde del precipicio y dimos un paso adelante—. Podríamos agregar las alteraciones en la escala de producción, que se achicó durante la pandemia, pero que, por suerte, ya estamos recuperando.
¿Qué crees que hace falta para fortalecer el sector?
Hay que generar conciencia. Que más personas se dediquen a “viverear”, como diría el excelentísimo paisajista Eduardo Stafforini. ¿Cómo lograrlo si no contamos con campañas de marketing ni garden centers que recuerden al público que el helado puede comerse todo el año? ¿Cómo, si los paisajistas no tienen tiempo de recorrer los viveros? ¿Cómo, si los productores solo pueden ofrecer sus productos cuando no venden y, después, colapsan? (Un médico, por favor).
Creo que cada uno sabe cómo hacerlo. No soy yo quien deba dar indicaciones. Y si alguien no sabe, yo me anoto. Algún día podríamos estar todos juntos en esto. Porque, sin lugar a duda, juntos somos más.
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