EXPERIENCIAS Cómo transformar escenarios en experiencias paisajísticas integrales, en las cuales el diseño de jardines integra soluciones arquitectónicas que conectan funcionalidad y estética.

Hace más de quince años, me dedico al paisajismo. Fundé Paisajistas de Argentina, con la convicción de que cada proyecto es una oportunidad para transformar un espacio en un lugar disfrutable, estético y funcional.

Muchos jardines empiezan con lo que aparentemente constituye un problema; pero, ahí mismo, está el potencial. Así nació En Desniveles. Este fue un proyecto marcado por una condición muy particular: la casa estaba más alta que la calle. Y, hacia el fondo, el terreno caía más de dos metros hasta llegar a un canal. Una pendiente que atravesaba todo el lote y que, a primera vista, parecía un obstáculo.

En lugar de forzar el espacio, lo acompañamos. No ocultamos esa condición: la volvimos protagonista. Diseñamos distintos planos que siguieran la topografía y conectaran la casa con el jardín. El trabajo no fue solo elegir especies, sino además, pensar recorridos, accesos y sectores de uso, a fin de crear una relación clara entre arquitectura, suelo y vegetación.

El resultado es un jardín vivo: se recorre, se mira, se habita. Cada nivel ofrece una experiencia distinta, con perspectivas que cambian a medida que la persona se desplaza.

Este proyecto me reafirma algo que sostengo siempre: el paisajismo no es un accesorio ni un gesto decorativo. Es parte de la solución arquitectónica. Cuando se incorpora desde el inicio, deja de ser “verde agregado” y se convierte en estructura, en funcionalidad, en calidad de vida.

Eso es lo que más me motiva: trabajar con lo que el lugar ofrece, dialogar con el entorno y diseñar jardines que no parecen impuestos; por el contrario, fluyen con naturalidad. Porque un espacio bien resuelto no solo embellece: transforma la manera en que lo habitamos cada día.

Daniela Troncatti Castillo (38), Licenciada en Planificación y Diseño del Paisaje.