¿Cuál es tu planta y/o flor preferida?
Desde chico, en Necochea, donde nací, empecé a contemplar las estrellas que aparecían en aquellas noches frente al mar. También pasé mucho tiempo en el campo de mis tíos: en él entré en contacto con la naturaleza y, cuando terminé el secundario, leí, como pude, el libro Cosmos, del astrónomo estadounidense Carl Sagan, uno de mis libros preferidos. Decía este científico: “A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa”. Llevado a las plantas, esto explica mi preferencia por las asteráceas, del griego aster (estrellas), ¡las únicas estrellas que podemos tener en una mano! Y además se ven de día; por todo esto, mi flor favorita es el cosmos.
¿Cómo sería tu jardín ideal?
Dependería, en primer lugar, del clima y de la ubicación geográfica que, como sabemos, determinan la elección de especies. Por supuesto, apunto a un jardín sustentable y con preferencia por las plantas nativas. Me gusta que tenga algún espacio “secreto” o reservado para la contemplación y relajación, y también, con especies que atraigan picaflores y mariposas como cosmos, asclepias, coreopsis y salvias.
¿Tienes algún espacio verde en tu hogar?
En este momento, tengo un jardín mediano que estoy replanteando; ya tiene un cerco, de unos quince años, de oleas, viburnum y fotinias. Estoy trabajando en un nuevo cantero todavía en desarrollo; intentaré hacer una praderita con gramíneas y asteráceas.
¿Cuándo fue la última vez que te regalaron una planta y/o flor?
Lo último que me regalaron fueron semillas de amapolas, margaritas blancas, tagetes, caléndulas y zinnias. No fue por un motivo especial.
¿Cuándo fue la última vez que compraste una planta y/o flor?
Lo último que compré fueron unas Pittosporum tobira nana para cambiar un cantero chico de la entrada.
¿Cómo definirías tu relación con la naturaleza?
Como conté al principio nací en Necochea y todos mis recuerdos pasan por el mar, por las caminatas por el parque Miguel Lillo y por la vida en el campo de mis tíos donde tuve mis primeros contactos con las plantas. En esos años, era una relación con el cultivo más extensivo, con hectáreas de trigo, maíz y girasol. Es decir, mucha cantidad de pocas variedades. Hoy me sorprendo con pocos individuos, pero de muchas familias. Un poco como los tiempos que corren ahora. Antes, todas las familias parecían iguales, ahora hay mucha diversidad familiar, especies para todos los gustos. En cualquier caso, la enseñanza de la naturaleza es la misma. Todo tiene un ciclo que va de la semilla al fruto y, en el medio, la aventura de la supervivencia de las especie, incluida la nuestra.
Juan Miceli (54), periodista.