Los resultados de la primera encuesta del Instituto de Floricultura del INTA. En qué forma afectó la producción y la comercialización, ayudas recibidas, y mucho más. Por Ingrid Villanova*
Debido al COVID-19, el país ha visto afectada gran parte de sus actividades económicas; una de ellas, la cadena productiva y comercial de flores de corte y plantas ornamentales.
El Instituto de Floricultura del INTA, junto con entidades del sector público y privado, elaboró una encuesta para visualizar el nivel del impacto producido por esta pandemia. La misma fue difundida virtualmente durante mayo. Se analizaron 400 encuestas logrando la representatividad de todas las zonas del país.
Producción y comercialización
Los resultados obtenidos muestran un alto impacto en el sector.
El 79 % de los encuestados señaló que el efecto perjudicial en la actividad fue alto; el 11 % le asignó un valor medio; y por último, el 10 % le adjudicó un valor leve.
Cuando se solicitó especificar cuáles aspectos fueron los más afectados, la mayoría destacó la caída de las ventas: un 82 % consideró que ese indicador económico fue el que se vio damnificado en mayor medida, seguido de la dificultad para vender en el orden del 79 %. También se señaló la complicación para pagar salarios e insumos, 72 % y 69 %, respectivamente.
Otras dificultades que se indicaron con un nivel de impacto superior al 50 % fueron: la prestación de servicio, el envío de productos, y los problemas financieros para obtener insumos y cobrar las ventas.
Posiblemente, el más grave de los perjuicios fue el descarte de la producción; en este sentido, casi el 50 % consideró que este tuvo un grado de impacto fuerte, junto con la dificultad de planificar la producción. Este aspecto aquejó fundamentalmente a los productores de plantines de estación y a los de flores de corte. Estos últimos -ubicados en su mayoría en el nodo productor del sur del AMBA (con sede en La Plata)- han descartado grandes volúmenes que tenían como destino Buenos Aires y el resto del país.
Evolución de la actividad durante las diferentes fases de la cuarentena
Al inicio de la cuarentena, la suspensión de las actividades del sector mostraba un 76 % de suspensión total en el orden nacional. En la fase II, desciende un 16 %, siendo la suspensión total del orden del 60 %; y, finalmente, en la fase III, el 57 % del universo encuestado comenzaba a trabajar de forma parcial.
En la fase IV (última fase relevada por la encuesta), el 63 % respondió que estaba desempeñando su actividad parcialmente; el 18 % de forma normal; y el 19 % no podía desarrollar su actividad.
Este cambio positivo se encuentra asociado a diversos motivos: la habilitación de diferentes actividades en las zonas menos afectadas, y en el AMBA a las gestiones de la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas, que logró explicar la situación del sector en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de La Nación, y recibir asistencia del mismo.
Ayudas económicas
Sin embargo, en cuanto a la recepción de alguna compensación económica por parte del Estado, únicamente el 19 % ha recibido un auxilio de este tipo. Entre esas ayudas, se encuentra el Ingreso Familiar de Emergencia.
Algunos productores han tomado préstamos bancarios a menor tasa.
Desde la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas, informaron que los productores no han recibido la asistencia al salario, ya que, al cierre de este informe, ninguna de las actividades del sector se hallaba incluida en el listado de AFIP para recibir el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción. Asimismo, fuentes de la Asociación indicaron que estaban gestionando este tema ante los organismos correspondientes.
En síntesis, a la vez que se observa un alivio en el sector con respecto al contexto inicial, aún quedan aspectos muy relevantes por resolver a fin de mejorar la situación.
* Cra. Ingrid Villanova (Instituto de Floricultura del INTA).