Maestría en Floricultura

Su directora, la Dra. Patricia Hashimoto, explica por qué esta capacitación es importante para el sector. Asimismo, informa sobre los responsables del dictado de la carrera, la inversión requerida y los apoyos que reciben.

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Desde hace un año asumí la dirección, función que hasta diciembre de 2011 estuvo a cargo del Ing. Agr. Daniel Morisigue; razón por la cual es una responsabilidad aún mayor, comienza explicando la Dra. Patricia Hashimoto (54), y agrega: La visión integral que el Ing. Morisigue transmitió sobre la actividad florícola en la Argentina permitió organizar el plan de estudios de la carrera sobre la base de un diagnóstico crítico del sector productivo y la necesidad de formación de recursos humanos especializados para nuestro sector.

Lo acompañé en sus cuatro años de gestión, en calidad de Coordinadora Académica, cargo que hoy desempeña la Dra. Gabriela Facciuto (INTA). Pero también me gustaría puntualizar  que un grupo de expertos de altísimo nivel compone el Honorable Comité Académico de la Maestría: la Dra. Atelene Kampf, el Dr. Pablo Marinangeli y el Dr. Eduardo Wright. Estos cinco integrantes (Comité, Director y Coordinador) constituyen las autoridades de la Maestría.

¿Qué ofrece la maestría en floricultura?

Las metas institucionales, desde la Facultad de Ciencias Agrarias (Universidad Nacional de Lomas de Zamora),  se orientan hacia la oferta de una formación de posgrado interdisciplinaria de alto nivel, en lo relativo a estrategias de diagnóstico, intervención y/o gestión en distintos ámbitos relacionados con la producción y comercialización de especies ornamentales.

Por otro lado, tiene como objetivo consolidar conocimientos, experiencias y expectativas institucionales en un marco académico innovador, fundamentado en la necesidad de cubrir un área de vacancia dentro de la enseñanza superior en ciencias agropecuarias.

¿Cuál es la demanda que tiene este estudio?

Dentro de la carrera hemos contado en total con veinte alumnos (Cohorte I y II) que han aprobado la admisión; es lógico que ocurra el desgranamiento a lo largo de un ciclo de dos años de cursada.  Sin embargo, han concurrido en calidad de alumnos vocacionales un número mayor a treinta profesionales, provenientes del Área Metropolitana de Buenos Aires, de otras provincias y hasta de Brasil.

¿Es accesible económicamente?

Los costos de la maestría se han mantenido desde su inicio en 2008; es decir, no han sido actualizados. El monto total es de $10.800, con posibilidad de ser financiado en cuotas. La mayoría de los cursos (con una carga horaria de ochenta horas) posee un arancel de $800.

¿Qué requeriría la carrera para terminar de posicionarse?

El reconocimiento, por parte del sector, de la importancia que tienen nuestros primeros egresados en relación con lo que pueden aportar a dicho ámbito. Además, que las empresas de insumos reconozcan la necesidad de capacitar a sus profesionales con una formación especializada que excede el grado académico. Igual observación hago para las instituciones oficiales vinculadas al desarrollo, la fiscalización, el  control y/o regulación de la producción y comercialización de los productos florícolas.

Desde una visión institucional, ampliar e intensificar la difusión hacia países limítrofes que hoy están necesitando recursos humanos especializados en el área florícola.

¿Cómo observas al sector productivo?

La Argentina ha pasado varios períodos con altos índices de inflación, como el actual, en los cuales, los productos florícolas pasan a ser artículos suntuarios y son reemplazados por aquellos de necesidad primaria. Hoy por hoy, ante una merma de la demanda interna, la opción del mercado internacional, con productos de calidad, se convierte en una alternativa; para ello se debe concientizar al productor de la necesidad de tipificar.

La exigencia de mano de obra especializada, así como la capacitación de los mismos productores, requerirá una tarea que deberá articularse en forma conjunta entre las asociaciones y los organismos oficiales, a fin de poder concretar este objetivo.

¿Hay algo que te gustaría agregar?

Sí. Con satisfacción y orgullo, se ha realizado a fines de septiembre de 2012 la primera defensa de tesis por parte del Ing. Agr. Víctor Milicia, bajo la dirección de la Dra. María Silvina Soto. Esperamos contar hacia febrero con la presentación de por lo menos dos proyectos finalizados y en condiciones de ser evaluados para su defensa.

Estos resultados corresponden al esfuerzo conjunto y a la colaboración de varias instituciones y docentes, no solo de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNLZ) y del Instituto de Floricultura (INTA), sino también, otras instituciones académicas, como la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Entre Ríos, la Universidad Nacional del Sur, la Universidad Nacional de La Plata, la Ohio State University y de estaciones experimentales del INTA. Sumado esto a la presencia de presidentes y representantes de las distintas agrupaciones de productores, como por ejemplo, Mercoflor, la Cooperativa Argentina de Floricultores, la Sociedad Civil Fiesta de la Flor, la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas, y la Asociación de Floricultores de Moreno, entre otros. A todos ellos, vaya nuestro agradecimiento.

El primer egresado

Víctor José Milicia (35) se recibió de ingeniero agrónomo en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y, actualmente, trabaja como docente e investigador en la cátedra de Horticultura y Floricultura de dicha casa de estudio, y como profesor de Floricultura en la Escuela Municipal de Arboricultura, Jardinería y Ecología Aplicada de Lomas de Zamora (Buenos Aires).

¿Qué  te motivó a estudiar esta maestría?

Desde pequeño colaboré con mi familia en la venta de plantas ornamentales, en un puesto que teníamos en las ferias francas del partido de Lanús. La necesidad de dar respuestas científicas, pero a la vez prácticas, a las inquietudes de los clientes, sobre el cuidado de las plantas, me llevó a estudiar ingeniería agronómica. Con esta carrera pude ampliar mucho mis conocimientos, pero en gran parte, por  adaptación de las técnicas y los manejos de otros cultivos hacia  la floricultura, debido a que la disciplina Floricultura es solo una parte de una materia dentro de la carrera.

Así transcurrió el tiempo, hasta que en el 2008, las autoridades de la Facultad, habiendo sido testigo de mi interés por las plantas ornamentales, me invitaron a sumarme a la cátedra de Horticultura y Floricultura, y a realizar la Maestría en Floricultura. ¡Al fin, estudios específicos sobre el tema! Sin dudarlo, acepté, y en mayo del 2008 comenzaron los cursos.

¿Cuál es tu opinión acerca de las distintas capacitaciones?

Desde mi punto de vista, los cursos fueron uno más interesante que otro, y abarcaron tanto el cultivo de las flores de corte como el de las plantas en maceta. Gracias a la maestría, conocí el Instituto de Floricultura del INTA y a un grupo de gente maravillosa.

Allí definí mi tema de tesis Estudios de las relaciones de compatibilidad intergenérica precigótica entre los géneros Calibrachoa y Nierembergia,  dirigida por la Dra. Silvina Soto, actual Coordinadora del Instituto.

¿Cómo estuvo constituido ese primer grupo del cual participaste?

Ese grupo de maestrandos, con el que compartí hermosas vivencias, estuvo conformado  por investigadores, productores, docentes, asesores, etc., de nuestro país y del exterior. 

¿Cuál sería la estrategia para sumar inscriptos?

Quizá, sea necesario dar a conocer aún más a la floricultura como negocio rentable para que se incremente la demanda de profesionales especializados en esta área, junto con el aumento de la producción y la calidad. Pero para que ello ocurra, también es necesario incrementar la demanda de estos productos, de manera tal, de formar en las personas un hábito de consumo de plantas y flores. 

Imágenes de nuestra floricultura

La planta escondida