Cultivos: crece el uso de iluminación LED

MUNDO Representando a la empresa Hortilux Schréder, Paul van der Valk, explica la forma en que los productores buscan ahorrar energía y las opciones del mercado. Por Spencer Gunn y Ron van der Ploeg*

Paul van der Valk, director de ventas internacionales de Hortilux Schréder (empresa proveedora de iluminación HPS y LED para cultivos ornamentales), contó cómo los productores buscan ahorrar energía, pero tratando de conseguir la misma intensidad de luz que utilizaban. Trabajamos con ellos en el diseño, en el cual, los LED proporcionan, la mayor parte del tiempo, toda la luz adicional en un espectro óptimo para cada etapa del cultivo, y el HPS se usa solo cuando es necesario durante los días más oscuros del invierno.

Cuestión de costos

Es posible que los costos de la energía hayan sido los responsables de que algunos productores, en regiones como el sur de Europa, apagaran las luces adicionales por un tiempo, pero a la vez, han impulsado la inversión en LED de bajo consumo en áreas con menor intensidad de luz natural.

Hace apenas cuatro años, nuestras ventas se dividían, en partes iguales, entre HPS y LED; en la actualidad, el 90 % están constituidas por LED, afirma van der Valk. Y aunque hasta ahora era común que los productores comenzaran con una instalación híbrida, en estos momentos, la mayoría de ellos optan por LED, únicamente, agrega.

Qué elegir

Sin embargo, la aceleración en la adopción de esta tecnología provoca que decenas de proveedores ofrezcan iluminación a los productores, lo que puede causar cierta confusión al tener que determinar cuál se adapta mejor a su situación y cultivo.

Con HPS, se podía elegir entre un par de salidas de potencia y un par de reflectores diferentes, y eso era todo, dice Van der Valk. Este año, con LED, solo nosotros ofrecemos siete salidas de potencia diferentes, siete espectros estándar y tres ópticas de lentes diferentes para controlar la distribución de la luz, lo que suma 147 opciones en una sola empresa. Ahora es mucho más difícil para los productores comparar ofertas.

Una cosa es fabricar luces para una casa, una oficina o un almacén, y otra, para un invernadero, afirma. El entorno de estos espacios es muy desafiante debido a sus altas humedades, temperaturas fluctuantes y a la necesidad de un elevado grado de controlabilidad, por no hablar de eficiencia y confiabilidad.

Qué necesita el cultivo

El punto de partida para diseñar una instalación tiene que estar dado por comprender lo que necesita el cultivo, señala. Un cultivo bajo LED tiene que desarrollarse de una manera totalmente diferente, no solo por la diferencia en la luz en sí y la capacidad de adaptar el espectro, sino también, porque las lámparas generan menos calor.

Este hecho puede ser beneficioso para cultivos como los tulipanes cortados, en los que a menudo es necesario eliminar el calor producido por las lámparas HPS. Sin embargo, también tiene un impacto en áreas como las del control de la humedad. No se está cambiando únicamente la fuente de luz: además, todo el clima del invernadero se ha modificado.

Avances tecnológicos y de costos

Es poco probable que se repita en los próximos años el gran avance en eficiencia energética LED logrado en la última década, que, por otra parte, ha hecho que esta forma de iluminación sea tan atractiva como inversión, enfatiza Van der Valk.

Los progresos más recientes tienen que ver con la controlabilidad. La industria ya ha aprendido mucho sobre la calidad de la luz que necesitan los diferentes cultivos en diversos momentos del día, estaciones y etapas de crecimiento. Un avance técnico clave ahora es el control de las luminarias LED mediante atenuación. Con la última tecnología de atenuación digital, se puede ajustar con precisión la intensidad de la luz según los requisitos del cultivo; por ejemplo, las plantas jóvenes necesitan una intensidad de luz menor que un cultivo más maduro, concluye.

Con modernas luminarias LED, que producen luz a partir de cuatro “chips” LED de diferentes colores: rojo, azul, verde (o blanco) y rojo lejano, en la actualidad, el énfasis está en poder atenuar, cada uno por separado, con el propósito de ajustar tanto la salida de luz como el equilibrio de color. Necesita un mayor desarrollo porque en este tiempo todavía es caro, pero el objetivo es lograr el control del cultivo en función de la calidad de la luz.

Apagar varias lámparas es la única forma de controlar la intensidad lumínica de una instalación HPS. Eso afectará la distribución de la luz, lo que a su vez puede perjudicar la uniformidad del cultivo. Con los LED regulables, se atenúan todos los dispositivos por igual, de modo que se mantiene una distribución uniforme de la luz, añade. La atenuación también significa que el dispositivo funciona a menor temperatura, condición que aumenta su eficiencia.

El siguiente paso es el control inalámbrico. Se trata de crear una red que pueda utilizarse para otros datos de cultivos. Entonces, por ejemplo, un dispositivo “sabría” cuándo el banco debajo de él se encuentra vacío de cultivo y, en tal caso, se apagaría de manera automática. La red también puede integrarse fácilmente con el control climático e, incluso, vincularse a sistemas de seguimiento de plagas y enfermedades.

Con el grado de control que está disponible actualmente, existe el riesgo de que la operación resulte demasiado complicada para los productores, admite Van der Valk. Es una cuestión de flexibilidad versus costo, afirma. Ahora son posibles muchos regímenes, pero la pregunta es: ¿realmente se utilizarán?

 

* Spencer Gunn (colaborador de la revista FloraCulture International) y Ron van der Ploeg (editor de la revista FloraCulture International).

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