Accede a los resultados de la AIPH International Plant Health Survey 2021, realizada con motivo del Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020. Por Rachel Wakefield y Ron Van Der Ploeg*
El 2020 fue declarado Año Internacional de la Sanidad Vegetal, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y a causa de la pandemia del Covid-19, esta celebración se extendió hasta el primer semestre de 2021.
Con motivo de dicha conmemoración, a principios de 2021, la Asociación Internacional de Productores Hortícolas (AIPH) decidió realizar una encuesta sobre la sanidad vegetal en cultivos florícolas. La compulsa procuró además responder a las crecientes preocupaciones sobre la bioseguridad en todo el mundo y señalar el deber de la industria de la horticultura ornamental para con la sostenibilidad.
En la última década, los viajes y el comercio internacionales se han triplicado en volumen, y tienen el potencial de propagar, rápidamente, plagas y enfermedades en el mundo entero, causando daños importantes a las plantas nativas y al medioambiente -observaron-.
Principales conclusiones del informe:
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La industria y los reguladores confían, cada vez más, en las normas voluntarias dirigidas a reducir el riesgo representado por las plagas de las plantas respecto del comercio nacional o internacional. Se identificaron once normas voluntarias para la gestión fitosanitaria mundial. El nivel más alto percibido de amenaza de plagas y enfermedades de las plantas en el país o en la región de un encuestado fue el “comercio de plantas vivas y flores cortadas”; y el segundo nivel más alto se identificó como “sistemas de cultivo”.
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Existe una base para crear un marco de equivalencia internacional entre estándares.
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Las normas voluntarias y los esquemas asociados, codiseñados por la industria y la autoridad competente (designada) de un país, pueden aumentar las medidas fitosanitarias y los sistemas regulatorios.
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Un “enfoque de sistemas” dirigido a la bioseguridad vegetal para los sistemas de producción de viveros y la gestión de la cadena de suministro fue un concepto clave surgido de la encuesta. Más de las tres cuartas partes (77,5 %) de los encuestados indicaron la necesidad de una norma internacional voluntaria de sanidad vegetal y bioseguridad. (Un “enfoque de sistemas” representa políticas, procedimientos y prácticas que se integran en el día a día de una empresa).
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Las recomendaciones destacan la necesidad de seguir trabajando con el objetivo de desarrollar sistemas que integren los estándares industriales voluntarios para la sanidad vegetal con las regulaciones nacionales que controlan el movimiento de las plantas a través de las fronteras nacionales y regionales. Se puede lograr esta aplicación mediante una estrecha colaboración entre los líderes de la industria y las autoridades nacionales de protección fitosanitaria.
Tim Edwards, vicepresidente de AIPH y presidente del Comité de Producción de Ornamentales de la misma entidad, ha destacado: El informe establece el valor de los esquemas voluntarios de manejo de sanidad vegetal. Ahora, debemos preguntarnos: ¿cómo puede la industria ampliar la aceptación de tales esquemas? ¿Qué se debe hacer para permitir que los esquemas se reconozcan e integren con otros? Este informe comienza a identificar áreas en las que las asociaciones comerciales de horticultura ornamental de todo el mundo pueden trabajar en colaboración para fortalecer la bioseguridad.
* Por Rachel Wakefield (colaboradora de la revista FloraCulture International) y Ron van der Ploeg (editor de la revista FloraCulture International).