INTA, Japón y el futuro de la floricultura
Referentes del Instituto de Floricultura del INTA viajaron a Japón para conocer sus cultivos. Uno de los objetivos fue acceder a técnicas de mejoramiento de Oxypetalum coccineum, el nuevo desafío de dicha institución.
La reciente cooperación entre el Instituto de Floricultura del INTA y Flower Auction Japan Co., Ltd. (Japón) puso el foco en algo muy concreto: cómo desarrollar los recursos genéticos y producir variedades ornamentales competitivas. Para ello, entre muchas otras actividades, en la Argentina se realizaron visitas a centros de investigación y, en Japón, encuentros con productores de plantas para el uso en maceta y de flores de corte.
Para la floricultura argentina, allí hay más que un intercambio académico. Existen, por así decirlo, pistas concretas sobre cómo se está construyendo competitividad en uno de los mercados más exigentes del mundo.
Variedades ornamentales propias, con lógica de mercado
En Japón, el programa se centró en el uso de recursos genéticos nativos con fines ornamentales y, también, en el desarrollo de nuevas variedades para Latinoamérica. A tal fin, se tomó como caso principal el género Oxypetalum, actualmente, nuevo desafío para el Instituto de Floricultura.
El Oxypetalum coccineum es una especie nativa de la Argentina, de flores de color rojo intenso, citada en el centro y norte del país; especialmente, es común en las sierras de Córdoba y San Luis. Tiene, además, una población aislada en la provincia de Misiones, de flores rosadas. El interés radica en la incorporación de nuevos colores al cultivo.
La agenda combinó tres áreas que, en Japón, funcionan de manera integrada:
– Mercado: recorrido por el Mercado de Flores de Tokio (Flower Auction Japan), que contó con un seminario sobre el sistema de distribución de flores de corte y plantas en maceta -entendidas como plantas de interior o para regalar-. Asimismo, hubo una observación directa de la inmensidad de variedades que hoy dominan la oferta. Los registros demuestran que pasan por ese mercado, aproximadamente, 200.000 variedades
– Investigación: desarrollo de seminarios en centros de tecnología agrícola sobre mejoramiento genético de ornamentales.
– Productores: visitas a cultivos donde los floricultores producen y, al mismo tiempo, llevan adelante su propio mejoramiento genético “para uso propio”, con acompañamiento técnico de institutos regionales.
Ese esquema deja una idea clara: las nuevas variedades ornamentales no nacen aisladas en un laboratorio, sino en diálogo permanente con el mercado y con los productores que las van a multiplicar.
Oxypetalum y los ajustes finos que hacen la diferencia
Uno de los resultados destacados fue la profundización en técnicas de mejoramiento genético aplicadas a Oxypetalum, un género con morfología floral compleja que vuelve ineficaz el cruzamiento tradicional.
Entre los puntos trasladables al trabajo local que dejó la visita a Japón se mencionan:
– Metodologías específicas para cruzamientos dirigidos, adaptadas a la biología del cultivo.
– Posibilidad de implementar producción de semilla mediada por abejas.
– Técnicas de propagación y protocolos de cosecha de fácil aplicación en las condiciones de trabajo del Instituto de Floricultura.
– Observación de que los pequeños cambios en el drenaje de los contenedores mejoran sustancialmente los cultivos, un detalle de manejo con impacto directo sobre sanidad y calidad.
Son ajustes técnicos que, combinados, marcan el camino hacia variedades de Oxypetalum y de otras ornamentales con mejor comportamiento productivo y poscosecha, diseñadas desde la Argentina, pero con mirada internacional.
El productor florícola en el centro de la innovación
La experiencia japonesa mostró explotaciones en las cuales el productor de flores de corte o plantas en maceta no se limita a multiplicar variedades comerciales sino que selecciona, prueba, ajusta y, muchas veces, incorpora mejoramiento genético propio con apoyo institucional.
En paralelo, el contacto con el mercado de Tokio permitió comprender mejor cómo se valora esa innovación: por diferenciación varietal, calidad uniforme, presentación y respuesta a las demandas del comprador final.
En conjunto, esta cooperación INTA–Japón deja planteada una escena en la que la floricultura argentina puede dar un salto apoyándose en tres pilares muy concretos:
– recursos genéticos propios,
– tecnología de mejoramiento genético y manejo accesible, y
– un productor que participa activamente de la construcción de la oferta varietal que llega al mercado.
Quien hoy decide qué plantar, qué híbridos probar o qué línea de producto desarrollar encuentra en esta experiencia algo más que una crónica de viaje. Halla una referencia de hacia dónde se están moviendo las floriculturas que pretenden seguir siendo relevantes en los próximos años.
Texto: Dra. Ing. Agr. Gabriela Facciuto y Lic. en Medio Ambiente Martín Fernández (Instituto de Floricultura del INTA).
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