Adaptarse para seguir siendo floricultores

Pablo Irie nos cuenta cómo un cultivo de flores de corte se convirtió en un vivero productor de plantas tropicales y en una fábrica de invernaderos.

Irie Hnos. tiene su origen en 1945, cuando Shoji Irie, fundador del establecimiento, se instala en San Miguel (Buenos Aires) para cultivar flores de corte. Fue padre de ocho hijos. Tres de ellos (Mario, Ángel y Alberto) continuaron en el oficio de la floricultura, rememora el Lic. Pablo Irie, hijo de Ángel y actual presidente de la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas.

En los años sesenta, iniciaron el cultivo tradicional en macetas, ya que los suelos del campo dejaron de ser fértiles, y las plantas, de dar flores vigorosas. Para la década siguiente, se inauguró el primer vivero en la provincia de Corrientes, con el propósito de introducir la producción de plantas tropicales a nuestro país, valiéndose de las condiciones climáticas de esa provincia.

¿Cómo surgió la idea de comenzar a ofrecer invernaderos?

Con el pujante crecimiento de la floricultura en los años ochenta, uno de los limitantes del desarrollo de los cultivos era el costo de la construcción de los invernaderos de maderas y vidrios. Ante estas restricciones de crecimiento, mi tío Mario empezó a diseñar, para usar en el cultivo, estructuras metálicas con nailon. Así logró, con éxito, un producto ideal para los viveros. Los colegas, al enterarse de esta novedad, empezaron a demandar las estructuras, que rápidamente se popularizaron en el gremio. Su hijo Mario  maneja esta aérea, en estos momentos.

¿Qué ofrece actualmente la empresa?

En la actualidad, Irie Hnos. es una empresa familiar en la cual ya está integrada la tercera generación. Trabajamos con dos unidades de negocios diferentes, como forma de mejorar la organización interna.

Plantas ornamentales: ofrecemos plantas producidas en Buenos Aires y Corrientes, con un amplio surtido de variedades, mayormente ejemplares de interior. Desde San Miguel, vendemos y distribuimos a todos los clientes del país.

Invernaderos: se producen las tradicionales estructuras, los túneles, invernaderos para jardines y sombráculos. Sorprendentemente, los rubros que comenzaron a utilizar estos tipos de construcciones fueron más allá de la floricultura. Hoy en día, todo el proceso de fabricación se realiza en nuestras instalaciones.

Observando que cultivan plantas tropicales, ¿cómo manejan el tema de la energía para calefacción?

​En nuestro cultivo de plantas de interior, la fuente de calefacción son las calderas a gas natural; en estos últimos cuatro años, el precio de este servicio aumentó por encima del 2400 %, y se convirtió en un gasto muy importante para la temporada de frío. Después, tenemos que afrontar los demás servicios. Y tengamos presente, por ejemplo, que la suba de la electricidad superó el 3000 %. Todo eso impacta fuertemente en el costo de las plantas, que en otros tiempos no eran tan significativo.

Por el hecho de que las plantas son consideradas un bien de lujo y constituyen un producto con una  demanda elástica, todavía no fue posible ajustar sus precios correctamente, en razón del poder adquisitivo de la gente, que no ha podido ser recuperado.

Dentro de tu cartera de productos, ¿qué plantas son las que prefiere la gente?

En nuestro cultivo, manejamos diferentes tipos de públicos y de zonas geográficas del país; es notorio cómo el gusto o el tipo de compra cambia de acuerdo con el comprador. Pero en general, en este último tiempo, se nota una moda que se inclina por las plantas de hojas grandes, cactus, suculentas, sansevieria, etc. Estos productos levantan mucho las ventas de las plantas; por ello creo que es importante poder llegar a la gente con información y marcar tendencias con nuevas variedades. Esa es la razón por la cual son importantes las campañas de publicidad que podamos hacer desde nuestro sector.

Háblanos sobre los invernaderos, ¿qué debe considerarse al momento de adquirir uno?

Las características técnicas a tener en cuenta a la hora de elegir un modelo dependen, particularmente, del tipo de producción y del objetivo, la zona donde esté ubicado (y su clima), la superficie disponible, y, por supuesto, del capital a invertir.

El tipo de producción, la exposición a los vientos y las altas temperatura son factores de suma importancia para tener en cuenta a la hora de hacer un proyecto y su presupuesto, ya que van a variar los refuerzos estructurales, las ventilaciones y alturas de los invernaderos así como las coberturas. Y, lógicamente, cuanto mayor sea el viento, más elevado será el costo de la estructura porque deberá llevar más refuerzos.

Otra característica relevante a la hora de elegir un invernadero es el diseño de la perfilería y el ancho de las naves; por ejemplo, si un invernadero es demasiado ancho y no cuenta con la estructura suficiente, será débil. También se deben tener presentes los polietilenos de coberturas con mayor disponibilidad en mercado y que no generen complicaciones en la colocación; invernaderos muy anchos pueden complicar esta tarea.

Nosotros ponemos énfasis en la resistencia, durabilidad, el diseño y la practicidad a la hora de la instalación, ampliación modular y recambio de coberturas.