Chelsea Flowers Show

De fama mundial, la exposición de flores más distinguida del Reino Unido ofrece las últimas propuestas. Te acercamos novedades y las mejores imágenes.

Imprimir

Enviar por E-mail

Cambiar tamaño

Enviar comentario

El Chelsea Flower Show, formalmente conocido como el Gran Salón de Primavera, es una muestra que se lleva a cabo durante cinco días de mayo –este año se inauguró el 21- instituida por la Royal Horticultural Society (RHS) en la ciudad de Londres. La primera muestra de jardines presentada por dicha entidad data de 1833; en ese entonces, la exposición se realizó en Chiswick (Londres occidental),nos informan desde la organización.

Dentro de los aspectos destacados en el Chelsea Flower Show, se incluyen los jardines que exhiben vanguardistas diseñadores del paisaje. La muestra está dividida en jardines grandes, espacios pequeños y jardines sustentables. Cada  una de estas categorías concursa por una medalla de oro, pero este año se otorga un premio especial: la distinción de la reina (Isabel II de Inglaterra), que festeja, a principios de junio, sus Bodas de Diamante –es tradición que la familia real visite el predio en donde se ofrece la muestra, la tarde anterior a su apertura al público-.

Haciendo un poco de historia, se encuentra un dato interesante: hacia 1970, la exposición convocaba tal magnitud de público, que obligaba a cerrar las boleterías. Esta situación determinó la necesidad de establecer un límite al número de entradas, y el evento, desde entonces, abre sus puertas durante dos días, exclusivamente, para los miembros de la RHS, y luego cuatro, para el público en general.

Además de los socios de la RHS, una cifra superior a los 150.000 visitantes recorre la extensa muestra, que supera los 45.000 m2. En la actualidad, las entradas para el público en general se ponen a la venta a partir de los primeros días de diciembre del año anterior a la celebración del Chelsea Flower Show, y lo notable es que se agotan rápidamente.

Nuestro país se hizo presente a través de un grupo de paisajistas, que viajó coordinado por la agencia Entre Plantas Viajes. Asimismo, contó con la presencia del presidente de la Sociedad Argentina de Paisajistas, Eduardo Stafforini, quien hizo la siguiente observación en relación con los diferentes diseños: Una de las cosas que más nos llamó la atención fue la marcada tendencia al uso de especies en un mix de texturas diferentes, intercalando gramíneas dentro de tradicionales borduras clásicamente inglesas, rompiendo linealidades con intencionados detalles de seudoinvasiones de lo formal con elementos informales.

Diseños y costos

En esta ocasión, uno de los jardines premiados exhibió un parque que integra el uso de diferentes materiales, como piedra y metal; especies contrastantes con cipreses alineados y prados que se desdibujan. Dicho ensamble, que aunó elementos tradicionales y modernos, conquistó el gusto de los jurados; no obstante, los paisajistas argentinos que concurrieron a la muestra prefirieron otro diseño de parque (mucho más natural), que obtuvo una mención.

Este último es un jardín ideado por la paisajista inglesa Sarah Price, quien integra, con elegancia y naturalidad, la pradera, el bosque y el agua, dentro de un diseño formal, con caminos rectos. Brindando la sensación de naturalidad dentro de este esquema de senderos rígidos, suavizados por las curvas de la naturaleza, que se inspiró en las caminatas y picnics familiares por las zonas boscosas de Inglaterra. 

Al respecto, una referencia llamativa: es la primera vez que esta creadora fue invitada para presentar uno de los grandes espacios (ciento cincuenta metros cuadrados). Ya había estado, pero en el sector de jardines pequeños – de tres por seis metros-. Ocurre que su intervención como diseñadora del Olympique Park Riverside, en Londres, la consagró como una paisajista destacada. En consecuencia, los organizadores la han honrado con un lugar entre los diseñadores merecedores de un espacio mayor. 

Con lo dicho nos referimos a que todos los diseñadores participantes son invitados. Pero un espacio grande implica un gasto no menor de 100.000 libras, lo que equivale a un gasto mínimo de un millón de pesos argentinos. Esto significa que cada paisajista debe ser patrocinado  y, para ello, la condición indispensable es ser reconocido.

Sustentabilidad

Entre los jardines sustentables, se hallaban los de exterior, en los que un patio con paredes verdes, regadas mediante un sistema de goteo, con agua reciclada y  sin necesidad del uso de electricidad, fue el comentario de muchos.

El riego de uno de los patios se efectúa a través del movimiento de las ruedas de un mecanismo apropiado para la recirculación del agua, que además, alimenta una fuente. ¿Cómo se activa dicho mecanismo? El propietario del jardín se sube a una bicicleta fija y pedalea; las ruedas en movimiento activan el motor que da comienzo al mecanismo de regado. Se logran dos beneficios apreciables: ahorro de energía y un buen estado físico.  

En cuanto a los interiores, sobresalieron los techos verdes; uno, muy aromático, cubierto solo por romero, y algunas paredes vegetales novedosas, como una formada por zapatillas viejas, que hacían las veces de contenedores de plantas. Sin dudas, este espacio apuntaba con éxito al reciclado.

Plantas

Las “estrellas” de las plantas fueron: Heuchera Circus, Choisya x sewitteana” Aztec Gold”, Clematis Shinkoo, Helleborus x sahinii, Clematisshikoo, Rosa Queens jubilee rose.

El personaje

Diarmuid Gavin es un paisajista irlandés,  eximio presentador de un programa de jardinería muy visto en la televisión británica, que siempre da que hablar en Chelsea por sus osados diseños. Durante varios años ha obtenido el galardón de oro, y en el 2012, obtuvo la distinción ofrecida en conmemoración del Año del Jubileo de la Reina Madre por sus 60 años de reinado.
En esta ocasión, su obra presentó una pirámide de siete pisos.

• Argentina

El profesional mencionado recibió en privado a los paisajistas argentinos. Dicho encuentro se celebró en el primer piso de “su pirámide”, hecho que concitó la atención de los que no podían acceder a tal privilegio y solo podían observar desde el exterior.

Visto desde afuera, el verde jardín colgante de Gavin impacta más por el tamaño que por su belleza. Sin embargo, el interior guarda la importancia de su realización: para el diseño de la obra se inspiró —nos cuenta—  en la última visita que hizo a Buenos Aires. En esta imaginó la vida en los grandes edificios de nuestra ciudad. Entonces, armó la estructura hecha con los tubos que funcionan de sostén de todos los pisos, en el que cada uno desarrolla un espacio adecuado para una personalidad diferente.

De esta manera, honrados con tal invitación, los diseñadores argentinos pudieron acceder al espacio que funciona como la planta baja de este edificio: un lugar húmedo, con poca luz, adornado con helechos alsophylas y macetas de colores impactantes; el primer piso, creado para una personalidad sofisticada, luce macetas violetas, topiarios y sillones de seda.

El creativo anfitrión ofreció té de jazmín y bocados exquisitos. Desde allí, subieron en un ascensor hasta otros pisos superiores. En uno de ellos, el creador representó la vivienda de una personalidad romántica -con abundantes rododendros  rosados y blancos-; la de un ecologista -con macetas portadoras de plantas comestibles-. Finalmente, la ascensión culminó con una estupenda vista de Londres y del Támesis, desde la cúpula en la cual Gavin montó su lugar, el estudio de un paisajista, y desde donde, para bajar, podría hacerlo a través de un tobogán gigante que serpentea por el interior de la pirámide, y que sería su modo de descender en caso de que, alguna vez, tuviera que vivir en un edificio.

Texto y fotos: Mariela Schaer

Imágenes de nuestra floricultura

La planta escondida