Adaptarse a las tendencias no es fácil para el sector florícola

Podría pensarse que los cultivadores de plantas ornamentales estarían plenamente al tanto de las tendencias de consumo. Sin embargo, esta no es la realidad en razón de que se necesitan varios años para cultivar una planta. Y así lo explican en la revista FloraCulture International:

Por ejemplo, se requieren cerca de veinticinco años para acumular suficiente stock de una nueva variedad de tulipán. Claro que es posible crear nuevas variedades de otras flores y plantas en menos tiempo. No obstante,  adaptarse a las tendencias reales de los consumidores es prácticamente imposible.

Continuando con los ejemplos, dependiendo de la variedad, el plazo de entrega de las nuevas plantas perennes es de entre cuatro a siete años para la selección y propagación. Solo con novedades muy prometedoras es factible acortar este tiempo. Por lo tanto, el cultivo de aquellas que responden a las tendencias del consumidor es prácticamente imposible. (Afortunadamente, las preferencias de consumo de plantas perennes se desarrollan lentamente. Por lo tanto, hay una necesidad limitada de generar cambios de tendencia).

Lo dicho no significa que los cultivadores no estén interesados ​​en las predilecciones del comprador. A veces, las novedades son almacenadas con el fin de que puedan ser introducidas posteriormente en caso de coincidir con una tendencia de consumo. Aun así, dicen que la cría de plantas es el arte de tirar cosas, solo hay un número limitado de variedades en existencia.

Un tercer ejemplo puede darse con las gerberas: hace algunos años, los colores tenían que ser fuertes; hoy en día son más suaves. Entonces, los productores elijen mantener proporciones fijas de los distintos colores dentro del surtido.