Brasil

La floricultura brasileña no es muy conocida; quizá, porque el mercado interno absorbe la mayor parte de la producción, señala una nota de la revista FloraCulture Internacional (basada en datos de Ibraflor), en la que manifiesta el interés en la sustentabilidad presentado por parte del sector.

Al respecto, apunta a que los últimos cinco años fueron testigos de un significativo desarrollo en el ámbito de la floricultura del país citado. En 2020, la superficie de cultivo fue estimada en 15.600 ha y gestionada por 8300 productores. A la vez generó unos 209.000 puestos de trabajo directo.

Casi la totalidad (85 %) de las empresas de horticultura ornamental operan en el sur y en el sureste de Brasil. Este resultado no es sorprendente ya que la mayoría de los viveros procuran la proximidad con los mercados de consumo masivo, como es el caso de Río de Janeiro o San Pablo. En este último estado brasileño, Veiling Holambra es el corazón del comercio de flores cortadas y plantas en macetas del país. Es, asimismo, una región desarrollada por inmigrantes holandeses a fines de la década de 1940. Su influencia ayudó a crear la subasta de flores y plantas de Holambra, en donde millones de tallos se comercian a diario.

El sector ha evidenciado un progreso sostenido durante la última década, con una tasa de crecimiento promedio anual del 10-12 %. El año de la pandemia fue sobresaliente, con un incremento estimado, entre 2019 y 2021, de un 50 %, según Kees Schoenmaker, presidente de Ibraflor. Las perspectivas para el período actual son optimistas, con una expansión prevista de entre el 8 y el 10 %.

La nota cierra con esta apreciación: Brasil es, sin duda, un caso único de un sector ornamental maduro y próspero, con más de setenta años de continua evolución. No depende de las exportaciones para prosperar.

Fuente: FloraCulture International