Enero 2018

ISSN 2346-9323
CIENCIA & ARTE | ECONOMÍA & VIVEROS

Cómo se definen los nombres científicos de las plantas

Por qué es importante conocer el género, la especie y la variedad de ellas. Con qué parámetros se clasifican. Qué ocurre cuando un ejemplar ha sido mal clasificado o clasificado dos veces. Por Florencia Cesio

El nombre científico tiene importancia, porque no deja lugar para equivocaciones en cuanto a la identidad  de una planta  y es universal: aquí y en cualquier lugar de mundo tiene validez.

Los nombres comunes o vulgares de las plantas son denominaciones vernáculas, similar a un apodo. Así como es posible tener apodos distintos  según  el ámbito en el que se interactúe  (el grupo de amigos, la familia, etc.), las plantas suelen tener  nombres comunes o vulgares que varían según el lugar, la región o el país.

También ocurre que algunos nombres se repiten para distintas especies, lo que puede acarrear gran confusión. Por ejemplo, hay muchas plantas a las que se las llama margarita o aromo. Imaginemos el problema que puede suscitarse si una planta medicinal o alimenticia es confundida por una cuestión de nombres. Lo mismo podría decirse de las ornamentales cuando se crea el diseño de un jardín o se procede a su realización.

Nomenclatura

El nombre científico de todos los seres vivos, incluidas las plantas, se compone de dos términos: el género y la especie. Se puede comparar (salvando las distancias) con el nombre completo de una persona: el nombre del  género equivaldría al apellido; el de la especie, al nombre de pila. Se utiliza la estructura del latín para escribirlos, porque es una lengua muerta, un idioma que ya no tendrá modificaciones. El creador de esta nomenclatura binomial fue el naturalista sueco Linneo, que vivió en el siglo XVIII.

Al clasificar una planta, es frecuente que, para nombrar al género, sean elegidos nombres de personas a las que se desea homenajear, como el caso de Bauhinia (en honor a los hermanos Bauhin, que vivieron en el siglo XVI); se aluda a alguna característica de la misma, como en la Passiflora, porque su flor recuerda, para algunos, los elementos de la pasión de Cristo; se recuerde el lugar de origen o se haga referencia a un nombre ancestral de alguna la planta, etc. Lo mismo ocurre con el epíteto que se utiliza para la especie.

Los géneros se escriben con inicial mayúscula, las especies todo en minúscula. En publicaciones especializadas, a continuación del nombre científico, hay una referencia  que corresponde al apellido completo o abreviado del botánico que realizó la clasificación. Por ejemplo Jacaranda mimosifolia D. Don, significa que fue clasificada por David Don, botánico del siglo XIX.

Clasificación de las plantas

Cuando se clasifica una planta -esto ocurre cuando entra en este sistema por primera vez; reconocimiento o identificación se refiere cuando se averigua el nombre de un ejemplar-, se hace un ejemplar de herbario de referencia de la misma que luego se resguarda en herbarios de universidades, jardines botánicos, etc. Es una  constancia indispensable para estudios taxonómicos futuros.

Puede ocurrir que una misma especie haya sido clasificada en distintos momentos y tenga entonces dos nombres científicos diferentes. Cuando esto se descubre (y en estos casos es muy importante el ejemplar de herbario original), el nombre de la clasificación más antigua es el que prevalece, y el que fue usado hasta el momento pasa a ser sinónimo. Esta es una de las causas de los cambios de nombres.

  • Parámetros por los que se clasifica una planta

A través de la historia,  las plantas se clasificaron científicamente por su morfología, con frecuencia, por la estructura de los órganos reproductivos; por ejemplo de la flor, en las plantas con flores, entre otros aspectos. En los últimos tiempos, cuando se comenzaron a hacer estudios genéticos, se infiltró otra variable: los datos que proceden del ADN.

A veces, ocurre que, por afinidad genética, se llega a la conclusión de que una especie no pertenece a determinado género sino a otro. Entonces, también se cambia el nombre, y el anterior pasa a la condición de sinonimia.

Dentro de la población de una misma especie pueden aparecer pequeñas variaciones, como la existencia de  ejemplares con flores de  diferente color (estos caracteres deben ser permanentes y hereditarios). Cuando ello ocurre, se habla de una variedad botánica. La abreviatura es var. Y cuando las variaciones se dan en plantas cultivadas, por ejemplo, por mutación, se las llama cultivares para diferenciarlas de las anteriores. La abreviatura es cv.

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