Te contamos qué son los tropismos y las nastias. Qué estímulos pueden generar estos cambios. Además, el caso de las plantas en maceta colgadas en posición invertida.
Si bien es común la creencia de que las plantas no se mueven, esto no es cierto. Ellas han desarrollado sofisticados sistemas de percepción y respuesta a los cambios ambientales. En general, el objetivo de estos ha sido, y es, el sobrevivir en condiciones adversas.
Existen dos tipos de movimientos: los tropismos y las nastias. Los primeros son movimientos de curvatura de los órganos vegetales inducidos por estímulos ambientales direccionales (como la luz). No son reversibles; la planta no puede volver a su estado original. Por ejemplo, un ejemplar que crece cerca de un foco de calor (como puede ser una estufa), si logra resistirlo, se desarrollará en dirección contraria (sus ramas y follajes irán hacia un sentido opuesto).
Mientras las segundas constituyen una serie de movimientos de órganos inducidos por estímulos ambientales no direccionales y cuya dirección viene determinada por la propia anatomía del órgano. Son reversibles. Es común ver muchos ejemplos de nastias: como las flores de la Gazania, que se abren con el sol y se cierran cuando este desaparece; o la reacción de una Mimosa pudica al ser tocada (pliegan sus folíolos al estímulo del roce).
¿Cuáles son los estímulos ambientales que podrían provocar un tropismo o una nastia? Entre ellos, la luz y la fuerza de gravedad son los más destacados. Sin embargo, la lista es amplia: la temperatura, los compuestos químicos, los estímulos mecánicos, etc. Por otro lado, al observar las plantas, se deberá tener presente que estas respuestas podrán ser positivas (dirigirse hacia el estímulo) o negativa (ir en dirección contraria).
Decoración
Un caso a destacar en la ornamentación de espacios públicos y privados es la propuesta de plantas en macetas colgadas en posición invertida: la planta abajo y la maceta en la parte superior.
Salvo que se efectúen modificaciones en las plantas y/o en el ambiente para adaptarlas a esta nueva posición, los ejemplares comenzarán a mostrar evidencias de diferentes tropismos.
Por ejemplo, observando uno de ellos: el gravitropismo. Se sabe que en el extremo de la raíz, donde está la caliptra, es donde se encuentra la percepción del estímulo gravitatorio. Solo eliminando la caliptra, se podría evitar dicho tropismo y colaborar a este objetivo ornamental.
Fuente
Fundamentos de fisiología vegetal. J. Azcón-Bieto y M. Talon. McGraw-Hill. 2013.
Fisiología vegetal. R. G. S. Bidwell. AGT Editor, SA. 1993
“Mimosa”. Matías Morales. Economía & Viveros. Abril de 2011.
“Mimosas: ¿cómo cuidarlas?”. Matías Morales. Economía & Viveros. Marzo de 2019.